Se avecina la generación con pérdida de empatía

Según psicóloga clínica infantil, Celia Rangel, los niños dejan de producir neuronas espejo

Daniela Pérez Reyes

  · martes 23 de abril de 2019

La Paz, Baja California Sur.- Podemos notar en pequeñas acciones cotidianas que las personas manifiestan menos empatía con las personas, esto es un producto de crecer, convivir y hasta ser educados por la tecnología, según menciona Celia Rangel Peralta, psicóloga clínica infantil, quien añade que de acuerdo a diversos estudios se ha observado que la actual generación ha perdido su capacidad de empatizar hasta en un 50%, y que debido a que ha sido un proceso gradual en diez años podría ser una pérdida del 80%.

Estos indicadores se manifiestan como la incapacidad de ser sensibles a las necesidades de quienes están a nuestro alrededor, de profundizar hasta en una charla y ser indiferentes e individualistas.

PROCESO DE PÉRDIDA Y EL CONTACTO REAL

Actualmente los niños tienden a relacionarse en mayor medida con objetos inanimados (un celular, una computadora, tablet, etcétera) inhibiéndose del contacto real con la gente; sin embargo, a pesar de que las tecnologías nos buscan ofrecer una relación más cercana al contacto real, como videollamadas, emojis, etcétera, estas nunca reemplazarán todas las conexiones neuronales que se generan al tener a una persona enfrente, proceso esencial que se requiere para la reproducción de las neuronas espejo que son aquéllas que nos ayudan a poder conectar con las emociones de otras personas y que se forman principalmente en la primera infancia; si un niño/a de los 0 a los 5 años no tiene suficiente interacción humana real no desarrollará su capacidad de empatizar de manera óptima por el resto de su vida.

Rangel Peralta propone “regresar a lo rudimentario”, la interacción frente a frente, y como adultos contribuir al desarrollo de todas las cualidades emocionales y capacidades cerebrales de los niños/as, resistir a la tecnología a pesar de las presiones para incorporarla a la vida cotidiana, “y así como nos hemos adaptado a ella podemos adaptarnos a vivir sin ella”.