La Paz, Baja California Sur (OEM - Informex).- La competencia que hay en el ramo del estilismo ha orillado a muchos dueños de estéticas y peluquerías a disminuir sus cobros, para así poder mantener sus clientes y sus ingresos, sobre todo en lo que respecta a los cortes de cabello, que es uno de los servicios más solicitados en la actualidad.
En este sentido, Ana Presa Méndez quién se dedica también a la peluquería y al arreglo de imagen para damas, mencionó que durante la pandemia muchos negocios de este tipo se vieron obligados a cerrar y paralelamente, hubo muchas personas que empezaron a tomar talleres de corte de cabello y tutoriales en línea, lo que incrementó considerablemente la oferta de estos servicios.
Con este aumento, los negocios establecidos están enfrentando una competencia que consideran como desleal, ya que mientras ellos deben pagar sueldos, rentas, agua, luz y otros servicios, sus competidores se dedican a hacer los servicios en sus propias casas, dejándoles un mayor margen de ganancia, además de que pueden abaratar los servicios.
Esta competencia también se ha visto en lo que se refiere a la barbería especializada para caballeros, ya que los comercios que venden artículos de belleza, han visto un considerable aumento en el mercado de cuchillas, navajas, máquinas para cortar cabello, recortadoras, kits de afeitado, rasuradoras, tijeras para corte y muchos otros productos que son adquiridos por personas que tienen un establecimiento.
El creciente número de personas que ahora saben cortar el cabello y hacer arreglos, los está afectando también porque quienes aprendieron a hacerlo durante la pandemia, actualmente hacen el servicio a sus familiares, haciéndoles perder clientes que los salones, peluquerías y barberías, tenían desde tiempo atrás.
“Vemos que en cada colonia existen varias personas que ofrecen este servicio y esto nos está dejando sin clientes, porque ellos ofrecen un servicios a precios sumamente bastante bajos, debido a que no están obligados a realizar otros gastos que nosotros, por tener un establecimiento formal, sí debemos enfrentar a diario”, indicó.
Cortes que antes en una peluquería de prestigio tenían un costo de 100 a 600 pesos, han tenido que hacer rebajas que van de los 30 a los cien pesos, ya que de lo contrario no tendrán clientes, aunque esto les afecte seriamente en la economía de sus familias.
“La competencia es cada vez más fuerte y el problema radica en los que dan el servicio invirtiendo sólo en sus materiales y en sus conocimientos, porque ellos pueden bajar más los cobros sin que les afecte el trabajo que realizamos en los salones o empresas establecidas”.
Desde su perspectiva, ha sido testigo de cómo ha habido peluquerías que ya no tienen clientes y considera que estas pronto cerraran sus puertas, lo que tiene efectos negativos para la comunidad, porque se pierden empleos y también, las autoridades dejan de percibir recursos por la desaparición de los negocios.
“Quien hace estos trabajos en su propia casa puede cobrar 50 pesos y todo ese dinero es su ingreso, pero quienes tenemos un local, de esta cantidad debemos pagar uno o más sueldos, la renta, servicios, impuestos, contadores y también el mantenimiento del salón, lo que nos lleva a una situación muy compleja que cada día es más difícil de superar”.