¡Este es un destino democrático, y simétrico! Al ofrecer la posibilidad de visitarlo siempre, dándose a todos los presupuestos y clases.
Porque Taxco, Acapulco e Ixtapa, Zihuatanejo convergen en el Océano Pacífico, ofrecen un destino familiar lleno de sol, curvas, clavados y pozole de colores.
Una ruta que vale recorrer para conocer el lugar donde se ama la vida, a pesar de todo, es en las montañas de Guerrero, donde existe la miseria, allá donde paradójicamente se encuentra un tesoro enclavado en ellas, un tesoro saqueado, y donde mágicamente como los grandes lugares de la tierra, sobreviven, se renuevan y ganan lo perdido con una alegría viva y auténtica, como su gente, con corazón de plata, de sonrisa franca y carácter explosivo, como dicen: de mecha corta, que les da el empuje para el esfuerzo diario.
Pueblo democrático como lo es Guerrero, que no así su gobierno (pero eso es otra historia), pueblo que respira y sobrevive por sí mismo, que engendra arte, a todos los matices y niveles, como el de ir a mochila, su gastronomía y su artesanía, que se asoman en los talleres de plata y artesanos locales con esos platos y jarrones con dibujos de frutas y chiles coloridos y alegres, como su alma.
Luego de pasear por la carretera escénica de Acapulco, ir por un delicioso pescado a la plancha con arroz y verduras es imperdible y delicioso en la mayoría de los restaurantes sobre la playa, lo siguiente es tirarse al sol en la playa de su hermosa bahía Santa Lucia y ver el atardecer peculiar cuando empiezan a encenderse las luces que parecen velas.
También es posible verlo en la altura del mirador hermoso de Las Brisas con un sauvignon blanc de Ensenada a 13 grados centígrados. Ixtapa es playa y sol pero diferente.
Vamos por carretera 2 horas…
A crear la plata más sofisticada desde el pueblo de Taxco que es exportada a todo el mundo, como sus nativos diseñadores.
Taxco, está hecho a mano y en plata, hogar de poetas y artistas como Juan Ruiz de Alarcón, o el pintor Miguel Cabrera, donde están los callejones difíciles y románticos, serpenteantes, empedrados, que hablan de leyendas, delicioso el aire que se respira, aire limpio, y lo mejor, que regala el placer de sentirse parte de su pueblo blanco, precioso y ancestral, lugar de monumentos históricos con plazuelas y calles empedradas, y de mitos como el martirio de Santa Prisca, o la casa de las lágrimas.