Con coordenadas 45°26′23″N 12°19′55″E, Venecia es uno de los pocos lugares en la tierra que se puede llamar "museo al aire libre". Cada una de las construcciones que se aprecian desde las góndolas y estrechas banquetas son muestra de ello, desde los apartamentos hasta la Plaza de San Marcos y sus pequeños locales fueron levantados en el año 436 d.C.
Llega mientras escribo estas letras, un café Verona robusto, perfecto, que me recuerda que era el nombre de la ciudad de la obra Romeo y Julieta, y que está muy cerca. Subir a las góndolas públicas venecianas es surreal, porque es posible celebrar ahí
bodas hasta funerales y bautizos.
Legendaria…
Venecia es mítica como el don Juan aventurero y conquistador Cassanova.
Siempre en peligro de inundarse, desde su fundación pareciera que uno de sus encantos es retar a la naturaleza en medio de suntuosas construcciones de mármol y oro, otras a punto de desfallecer por la humedad, y el tiempo; se ven desprotegidas, como si resistieran de pie, sólo para no quedar mal delante del turista, que con tantas expectativas llega.
Situada sobre un conjunto de islas en la región de Veneto. Me dicen que tiene 400 puentes, y siete islas para conocer, aunque algunas de ellas no tienen acceso a visitantes. Son privadas.
Cuando llega la marea alta, en primavera y otoño, la plaza de San Marcos se inunda y es provisionalmente cubierta de retablos de madera para poder acceder a la Catedral que diariamente recibe a miles de turistas que hacen fila.
Imperdible visitar el célebre Café Florián que desde 1720 nos transporta en el tiempo vía sus salones con tapices tipo mansión aterciopelada; refleja el estilo más antiguo de Venecia, el de la suntuosidad, en la gran Piazza que lo alberga donde en sus inicios amenizaba una orquesta permanente tipo "café concierto", toda una experiencia!
El Florián ofrece cotilleo auténtico italiano, donde encontrar escritores encumbrados y turistas emocionados; todavía hoy durante el carnaval es posible verlo abarrotado de venecianos disfrazados.
Ambiente de mercadillo de sábado se vive al pasar una mañana, recorriendo los
barrios como el de comida, frutas y verduras en Rialto o visitar el mercado de
pescado junto al Gran Canal.
Quesos y pastas de todos colores y formas no deben de perderse, tradicionales son los espárragos, las alcachofas, los duraznos y pescados del mar mediterráneo, los dulces y tartas venecianas son gastronomía de verdad.
Lugar de máscaras, para andar ligero, y recorrer sus callejuelas…las voces
corren por sus canales, escuchando a lo lejos una ópera.
Evocadora porque la calidez, el color y riqueza de Venecia se mantienen en la obra, ambiente y la magnífica música del compositor Antonio Vivaldi y otros artistas que fueron impulsados por la riqueza de la sociedad veneciana que alcanzó su punto más alto en el siglo XV, atrayendo artistas y siendo un refugio de Virtuosos.
El arte de Venecia
Tal fue la influencia de la escuela veneciana del arte universal, que influyó en pintores de fama mundial como Velásquez y Rubens, y el arte barroco del siglo VII; y aún famosa es la Bienal de Venencia, con su Muestra Internacional de Artes. Descubrir las islas de Venecia es ¡inevitable! en especial la de Burano, famosa por sus artesanas bordadoras de encajes de hilo, que llegaron a exportarse a toda Europa como una fuente importante de ingreso.
Sus pintorescas casas de colores; y sus pescadores, hacen de esta pequeña isla un oasis en medio de la bulliciosa Venecia invadida por turistas. Otra como la de San Servolo aloja a la Universidad Internacional de Venecia, que acoge estudiantes de todo el mundo para aprender restauración; o la de Lido, famosa por su glamour.
Necesario es estar dispuesto con el espíritu y los sentidos bien despiertos para explorar el pasado y presente de una ciudad que no le teme a la naturaleza, y se enaltece, se limpia y restaura constantemente (me informan) aunque casi no se note.
Venezia, una fotografía de la surreal Italia.