Los Cabos, Baja California Sur. – En el panteón de San José del Cabo se encuentran los restos de personajes desde el siglo XIX, y al rededor de algunos de ellos existen relatos fascinantes, entre realidad y fantasía.
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Francisco Olmos Montaño, profesor e historiador nativo de Baja California Sur, describió para El Sudcaliforniano relatos que han tomado vida en el cementerio.
“Quiero relatar una historia que quizá algunos ya la conozcan, entrando al panteón municipal por la puerta izquierda, a unos 30 metros aproximadamente, se encuentra la tumba de Adelina Serapia Mouet Ceseña, una mujer de familia josefina, nacida en lo que hoy es la plaza Antonio Mijares a un costado donde está un restaurante de dos niveles, frente a palacio municipal, ahí estaba la casa de la familia Mouet Ceseña, lugar en donde nació el 3 de septiembre de 1854 Adelina Serapia, sus padres fueron Juan Nicolás Mouet Tudín, originario de Francia y radicado en San José del Cabo y su madre fue una mujer nacida en San José del Cabo Prisciliana Ceseña”.
“Quienes conocemos su historia y hemos visitado el panteón, ella está sepultada junto a su padre Nicolás, su madre Priscila y dos de sus hermanos Francisco y Vicente en el panteón municipal de San José del Cabo”.
Añadió que quienes conocieron a Adelina, y a decir de familiares de ella, como la profesora Rosa María Mendoza Salgado, dicen que era una bella mujer de larga y dorada cabellera, quien se casó con un comerciante radicado en La Paz, Baja California Sur, quien en uno de sus viajes a San José la conoció y quedo enamorado de ella, de nombre Pablo Seguìn Pedroza, de origen portugués.
Ellos se unieron en 1876, específicamente en el mes de septiembre, consolidándose como una linda y feliz pareja, ellos se juraron amor eterno hasta que ella falleció de mal de parto el 5 de abril de 1878 con apenas dos años de haber contraído nupcias a la corta edad de 24 años.
Se puede apreciar una leyenda de amor, escrita sobre la vida de Adelina y Pablo, en la cual se relata que murió de amor, “que hay quienes dicen que murió de amor y otros dicen que murió de parto. Sea cual sea la realidad, se cuenta que su esposo Pablo enloqueció por la pérdida de su amada, incluso que de tanto dolor intentó suicidarse”.
Después de un tiempo, ya resignado por la pérdida de su ser amado, viajó al puerto de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, donde compró una placa de mármol, esa placa de mármol todavía se encuentra colocada sobre la lápida de Adelina y tiene un epitafio que dice:
"Fría e insensible bajo la rosa/ víctima triste de la parca airada, /una joven beldad yerta reposa, /con lágrimas tiernísimas lloradas, / fue su muerte temprana y lastimosa, /mortal si has conocido los amores, / deposita en su túmulo flores".
RITUAL DE LEYENDA
Dijo que hasta hoy en día permanece viva la leyenda que dice que si depositas una rosa roja a las 12:00 de la noche en la cripta de Adelina, se te cumplirá un deseo de amor, “este ritual lo vienen haciendo principalmente mujeres a esa hora de la noche, que están en busca de un amor que consideran pueda hacerse posible”.
“Esta es una historia que se ha convertido en leyenda, pero inicialmente es una historia conmovedora de la mujer que murió de amor”. Cuando a una familiar de Adelina le preguntaron que si realmente su bisabuela murió de amor, la respuesta de ella fue tajante, "no, murió de parto".
“Lo que pasa es que con el tiempo se ha hecho una leyenda bonita que, en ese romanticismo, se escucha más bonito que murió de amor. Lo cierto es que se habla por familiares de ella que todavía viven en San José del Cabo, que fue una pareja que se amó con pasión y de allí viene quizás la leyenda”.
Olmos Montaño agregó que en el cementerio, anteriormente conocido como Cementerio de la Misión Vieja, descansan en paz cabeños ilustres y distinguidos, “y algunos que llegaron a esta tierra desde aquella época, pudiendo mencionar al célebre escritor Margarito Sandez Villarino, compositor del casi himno de Baja California Sur, llamado Costa Azul; también se encuentra allí sepultado el primer gobernador del estado vecino del norte, Baja California, nacido en Santa Rosa en San José del Cabo, Braulio Maldonado Sandez”.
TENIENTE MIJARES
Otro ejemplo de ello es la tumba del teniente de Marina, José Antonio Mijares, edificado desde el 21 de noviembre de 1847. También están los restos de maestros distinguidos y otros que, aunque no nacieron en territorio sudcaliforniano, ni en la región cabeña, se asentaron y adoptaron esta tierra con cariño, forjando nuevas generaciones, pudiendo mencionar a muchos más como presidentes municipales, diputados constituyentes entre otros.
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HISTORIA DE EL RATÓN
Otra historia que encierra el camposanto es la de Óscar Lucero Villarino, quien fue conocido como "el Ratón", luego del fallecimiento de su madre, Sofía Villarino Domínguez; en 1961, se negó a separarse de ella, y por eso es que construyó una choza aun lado de su cripta; lugar en donde vivió durante más de 20 años, hasta que en el 2009 la muerte lo sorprendió al lado de ella, ya que le había prometido nunca dejarla.
Este panteón, que fue fundado desde 1800, se encuentra en un bello lugar, hoy en día está rodeado de desarrollos hoteleros y fraccionamientos residenciales, teniendo además el mar a escasos metros.