Aunque conocido internacionalmente por escribir novelas de corte histórico, el periodista Armando Lucas Correa nunca se ha sentido un autor exclusivo de ese género, ya que cuando redacta se percibe a sí mismo sencillamente como un contador de historias. Es por eso que ha decidido incursionar en el mundo del suspense con la publicación de “El silencio en sus ojos”, bajo el sello de Ediciones B.
La historia narra la vida de “Leah”, quien padece akinetopsia o ceguera del movimiento. Su mundo suele transformarse en un abrir y cerrar de ojos: al parpadear, lo que se encuentre ante ella desaparece. Para quienes la rodean es ciega, pero en realidad lo único que ella no puede ver es el movimiento. “Leah” se queda sola tras la muerte de su madre. Pero todo cambia cuando “Alice” se muda al apartamento de al lado; durante una violenta discusión entre “Alice” y su marido, “Leah” descubre, a través de las paredes, que su vecina vive amenazada de muerte.
“La primera que pegó el grito en el cielo fue mi editora y luego mi agente. Se preguntaban cómo era que podía cambiar de género si “La niña alemana” había vendido más de un millón de copias. Pero como yo soy un lector antes que ser un escritor, y reconozco que yo leo de muchos otros géneros e historias, cuando escribo pienso como ese lector que soy”, relata Lucas Correa, ex editor de la popular revista neoyorkina “People en español”.
Lucas Correa menciona que se siente intrigado por el hecho de que el libro se encuentre en las secciones de thriller o policiaca. “Hay muertos, sí, y asesinatos, como también los hay en las ficciones históricas. Los editores y los de marketing, son los más interesados en poner etiquetas a los libros, pero mi lector ideal sería el que abra el libro sin ninguna idea preconcebida, porque esta historia no es el clásico thriller. Yo tengo más relación con el género del suspense”.
Su principal influencia en esta novela, agrega, es el arte cinematográfico del maestro del suspense Albert Hitchcock, específicamente de las películas “La ventana indiscreta” y “Vértigo”.
LIBROS DEBASTADORES
Para la escritura de esta novela, Lucas Correa tuvo que realizar profundas investigaciones sobre la akinetopsia, un tema que le resultó fascinante, tanto que terminó visitando a neurocientíficos quienes le mostraron físicamente las formas en que esta enfermedad se desarrolla en el cerebro. Esto le ayudó a poder entender a cabalidad cuál sería su estrategia narrativa, pues la novela se cuenta desde el punto de vista de la protagonista.
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“Con este libro tuve mucho trabajo que hacer. Primero porque quería que el lector sintiera lo mismo que “Leah”. Pero también porque quise que el final fuera lo más inesperado posible. Por lo general en los thrillers uno sabe por dónde lo llevan, pero, como la esencia de este libro es ‘nada es lo que parece’, quise respetar eso hasta lo último”, afirma.
Además, afirma que con este libro quisiera tocar fibras profundas, como lo hacen los libros y los autores que él mismo admira y lee.
“Creo que los extremos nos llaman la atención, yo soy un lector al que le fascinan los libros que me conmueven y aniquilan. Los libros light no son para mí. A mí me gusta que los libros tengan un estilo complejo y un tema igual de complejo”, finaliza el escritor, quien actualmente se encuentra en la redacción de una saga sobre la historia de migración de su familia.