La Paz, Baja California Sur.- El Museo de la Ballena y Ciencias del Mar es una asociación civil que nació en 1995, inicialmente como una galería de arte, y posteriormente se transformó en museo en 2009, impulsada por el interés en la recolección de esqueletos de ballenas, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) a través del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos.
El museo está ubicado en la calle Antonio Navarro, entre Ignacio Altamirano y Gómez Farías, en la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez, gracias a un convenio en comodato con el Gobierno del Estado de Baja California Sur. En este lugar se construyeron cuatro salas de exhibición geodésicas, que reciben hasta 100 visitantes en temporada alta (verano e invierno), de lunes a sábado, de 9:00 a 14:00 horas, y hasta 5 visitantes en temporada baja.
A la entrada, un anuncio plegable informa que la visita guiada tiene un costo de 80 pesos, sin guía 60 pesos, y para grupos escolares, 50 pesos por persona. Los fondos recaudados se destinan al mantenimiento del museo y al armado de nuevas piezas. Durante las visitas guiadas se habla sobre los cetáceos, que es el tema principal del museo, abordando sus características, diferencias y la confusión que existe entre ballenas y cachalotes.
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También se explica sobre otros mamíferos marinos, como los pinnípedos (lobos y focas) y los sirenios (manatíes), los cuales se pueden encontrar en la península de Baja California y en otras regiones de México. Perla Kolumba, divulgadora científica del museo, mencionó que en la primera sala se explica la evolución de los cetáceos; en la segunda, se habla sobre la diversidad de especies en México, incluyendo especies representativas de la región como la ballena gris y la vaquita marina.
En la tercera sala se presenta información sobre tortugas marinas, y en la cuarta se abordan los peces cartilaginosos, como tiburones, mobulas y rayas. Además, el Museo de la Ballena se dedica a rescatar animales del mar, como ballenas, tortugas, delfines y lobos marinos que quedan varados en la zona de la Bahía de La Paz.
En coordinación con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), se atienden los varamientos de animales marinos. Si están sanos, se regresan al mar; si están enfermos, se les brinda atención veterinaria en el Centro de Rescate Animal de la Unidad Pichilingue de la UABCS. En este centro se atienden lobos marinos, tortugas, delfines o ballenas, siempre que midan menos de 4 metros, hasta que se restablezca su salud.
Si un animal muere y existe peligro de contaminación, se procede a sepultarlo. Si no hay peligro, se recolecta el cuerpo para retirar el exceso de carne y grasa, quedando solo el esqueleto, a través de un proceso de macerado. Este consiste en el uso de jabón y cepillos para limpiar los huesos, que se dejan al sol hasta que quedan completamente limpios, listos para el armado del esqueleto.
La limpieza de los restos se realiza con la participación de estudiantes universitarios de carreras como veterinaria, biología marina y afines, quienes realizan su servicio social o voluntariado. Limpiar los huesos de un espécimen de 2 metros puede llevar de 3 a 4 meses, dependiendo del tipo de organismo, ya sea un delfín, un lobo marino o una ballena.
El primer esqueleto que se recuperó para exhibir en el Museo de la Ballena y Ciencias del Mar de La Paz fue el de una ballena azul de 25 metros, que permaneció en las instalaciones del museo en la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez durante muchos años.
Posteriormente, el museo se trasladó durante 5 años a la antigua casa del General Agustín Olachea, ubicada en Paseo Álvaro Obregón y 16 de Septiembre, donde exhibió parte de su colección. En 2018, se cerró este espacio para regresar al lugar donde se encuentra actualmente, que originalmente se utilizaba para la limpieza y armado de esqueletos. Recientemente, se enviaron algunos esqueletos a la Ciudad de México.
En colaboración con el Museo de Ciencias de la UNAM (Universum), actualmente se exhiben 25 esqueletos, y en los últimos 3 años se ha estado acondicionando el espacio en La Paz para mostrar las piezas y seguir trabajando en la divulgación del conocimiento sobre la megafauna marina, así como en la promoción de la investigación, estudio, rescate y conservación de los ecosistemas marinos.
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El museo basa su estrategia de operaciones en cinco líneas de acción: la primera consiste en la conformación y resguardo de colecciones científicas del patrimonio natural de la humanidad; la segunda línea es la educación y cultura a través de la divulgación de la ciencia; la tercera línea se centra en el rescate de la megafauna marina; la cuarta línea apoya la investigación científica; y la quinta busca fortalecer las comunidades para lograr una pesca sustentable.