La Máquina avanza a toda velocidad con rumbo al doblete. El hambre de triunfo en este equipo es palpable y ayer, tras haber ganado la Copa MX, se plantaron en la cancha de Ciudad Universitaria para borrar a Pumas, ganar con autoridad y de paso, confirmar su presencia en la próxima Liguilla.
Los Cementeros manejaron a su antojo los tiempos del partido y se llevaron tres unidades a La Noria que los mantuvo entre los primeros lugares y les permitió rebasar a América en la clasificación general. El azul pinta bien y con una intensidad que hace mucho no se le veía.
EL JUEGO
La tarde nublada y fría en Ciudad Universitaria llamaba a dos de los cuadros más regulares en el Apertura 2018 para dar, lo que al menos el papel, pintaba como el partido de la jornada.
Pumas, en busca de un golpe de autoridad en su cancha, le hizo los honores a un Cruz Azul motivado por el título de Copa y convencido de que el doblete es sumamente posible.
Los Cementeros salieron animosos y rápido tocaron a la puerta felina. Con una media vuelta en el área, Cauteruccio sacó un disparo que Saldívar contuvo con algunas complicaciones.
Rápidamente, los auriazules sacaron las garras. Carlos González se abrió paso como pudo entre la zaga celeste y a los tumbos, sacó un tiro que había dejado vencido a Corona; sin embargo, el meta azul se rehízo y de manera dramática, logró atrapar la pelota justo antes de que se metiera a su portería.
Conforme se asentaron en cancha, los de La Noria mostraron con mayor frecuencia sus fortalezas. Elías Hernández comenzó a hacer de las suyas y los laterales pisaron con mayor frecuencia el terreno universitario. Fue así como llegó el primer tanto de la tarde, ya que Aldrete se sumó al frente y puso un centro medido al corazón del área. Edgar Méndez vio venir la de gajos por todo lo alto, se levantó para ganarle a su marca y con un testarazo picado logró batir al “Pollo”. La Máquina lo ganaba y el español fue a brindar su gol a la parcialidad visitante en una de las cabeceras.
El propio Edgar tuvo el segundo. Un cambio de juego largo lo dejó sin marca y en una buena zona para sacar el remate. El ibérico no se lo pensó para ir a gol, mas su intento se fue por encima.
Al ver la poca reacción de su escuadra, David Patiño tomó riesgos e hizo un movimiento mucho antes del descanso. Alustiza tomó el lugar de un molesto Alan Mendoza. El técnico de la UNAM quería fortalecer su ataque y tomó riesgos importantes, ya que en un par de descolgadas, su equipo quedó mal parado y estuvieron a nada de recibir otro tanto.
La pelota parada acercó a Pumas. Un tiro de esquina fue recentrado desde el segundo poste por Carlos González. Para su mala fortuna, nadie cerró la pinza y el esférico se paseó cerca de la línea de meta. El marcador no tuvo movimiento antes del descanso.
Para el complemento, Pumas salió más deseoso de querer el balón. La necesidad imperaba ya que les urgía crear las opciones necesarias para la igualada. En contraparte, Cruz Azul no perdió la compostura; la solidez defensiva fue su argumento principal, así como los latigazos a la contra con Elías, Alvarado y Cauteruccio como punta de lanza. Incluso, se olía esa sensación de peligro en la pegada cementera. Parecía más cerca el segundo que la igualada.
Entre los ajustes del técnico y la inoperancia en el campo, Pumas se perdió. Jesús Corona comenzó a tener un día de campo y los Cementeros paseaban el balón a lo largo y anchó del campo del Olímpico y dieron el golpe letal cuando Andrés Rentería, con pocos minutos en la cancha, recibió sin marca la bola en el área y la mandó a guardar lejos del alcance de Saldívar. El triunfo celeste ya estaba en la bolsa.
Sobre la hora, la Universidad le metió drama al asunto. Un tiro de esquina fue rematado por Quintana, quien logó que la pelota entrara entre un defensa y el poste. Gol que le daba vida artificial a la UNAM, pero que al final no le sirvió de nada.
Cruz Azul se adueñó de Ciudad Universitaria. La Copa no satisface su hambre de gloria y amenaza con la Liga.