“Mi gran pasión es la enseñanza del karate”

La entrenadora Patricia González Rubio es madre de dos hijas deportistas

Javier Plata | El Sudcaliforniano

  · domingo 17 de mayo de 2020

LA entrenadora de karate comparte su pasión con sus dos hijas quienes también lo practican. Foto: Cortesía | Patricia González Rubio

“Mi gran pasión es la enseñanza del karate, labor que me ha permitido crecer como entrenadora, de la mano de ser madre de dos extraordinarias hijas, quienes también aman la práctica de este noble deporte, el cual también les ha sido inculcado por mi esposo y su padre” expresó en entrevista para este Diario la entrenadora de esta disciplina Patricia González Rubio Bañuelos.

Expresó “sin duda, una de las mejores cosas que me ha dado la vida como mujer ha sido guiarme al camino del karate, nunca imaginé que, teniendo tantos proyectos de vida, sería en esta disciplina donde encontraría mi verdadera pasión, lo que realmente le da sentido a quien soy ahora”.

“Como todo, mi primer sueño fue llegar a ser cinturón negro, y tuve la fortuna de contar con el apoyo de uno de los mejores maestros iniciador de varias generaciones de artistas marciales aquí en nuestro estado, el Shihan Wilberth Caamal Kohuo, a quien le guardo un profundo respeto, gratitud y cariño”.

“El karate ha sido tan maravilloso en mi vida, que encontré en él a quien es mi maestro y mi compañero de vida, mi esposo hace casi 32 años, el Sensei Alberto Flores Villegas. Nos hemos apoyado mutuamente teniendo siempre el mismo fin, la misma pasión en la enseñanza y formación de niños y jóvenes con valores y buenos principios, siendo esa nuestra prioridad”.

“Llevó más de 3 décadas en la enseñanza del karate y conservando aún alumnos pioneros, con la satisfacción de contar con el apoyo y aprecio de tantas familias durante todo este tiempo, alumnos profesionistas que ahora sus hijos forman parte de nuestras filas, desde la década de los 90, aportando campeones que han puesto en alto los colores del estado y de México, pero, sin duda, el haber formado una familia y tener la bendición de ser madre de dos hijas es el orgullo más grande que como mujer me ha dado Dios”.

“Mis hijas, Paula Ivonne y Shaí, no solo son grandes atletas que practican esta disciplina y que se han destacado en el ámbito nacional e internacional desde temprana edad, son dos mujeres que hemos formado en el Dojo y a quienes les hemos inculcado los mismos valores que prevalecen en la enseñanza del karate, y que al final continuarán conduciéndolas a lo largo de sus vidas”.

En estos momentos lo más importante es compartir el tiempo en casa con la familia

“Tener en común el karate en nuestras vidas me ha permitido vivir y disfrutar experiencias únicas como madre y entrenadora, tanto en la victoria cuando hay que aplaudirla, como en la derrota que fortalece nuestros lazos y nos muestra el camino para continuar con un mismo sentimiento incondicionalmente”.

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Por último, destacó “el ser madre ha sido el compromiso más grande que tengo con Dios y con la vida, formar dos mujeres que transmitan y aporten a los demás lo mejor de sí mismas en cualquier ámbito en el que se desenvuelvan, el karate por bendición, es mi forma de vida”.