El subcampeón olímpico de taekwondo Óscar Salazar el mes próximo comenzará su nueva aventura como entrenador de la selección nacional de Egipto, luego de apuntar a una “guerra sucia” gestada por Jorge Reynoso y Alfonso Victoria, quienes lo orillaron a tomar la decisión de abandonar México, después de cinco años de trabajo.
Oscar llegó con la ilusión de crecer dentro del equipo nacional, se trajo a su familia de Estados Unidos – actualmente radican en Querétaro donde vive su familia -, y tuvo logros que fueron menospreciados por Reynoso y Victoria en el recuento de lo sucedido dado a conocer por Salazar Blanco, quien se puso el peto para entrenar a María previo a Río 2016.
Dio a conocer que dentro del equipo nacional no existe el trabajo de equipo, ni el seguimiento entre las categorías de cadetes, juveniles y adultos, pero si, dijo, hablaron mal de su trabajo por la “espalda”, le pirateaban a los atletas y tampoco le avisaban de las juntas que tenían, al grado que ignora cuál es el plan con los juveniles presentado a la CONADE.
Expuso el caso de la juvenil Leslie Soltero, deportista que su mamá le pagó los gastos y los boletos de avión a Óscar para asistir al Abierto de Bulgaria con aval del presidente de la Federación Reynaldo González, pero nadie le aviso que tenía su boleto con la selección nacional.
“Le mandaron su boleto cuando ya estaba en Europa y por lo mismo que no hacen su trabajo y resulta que el que tiene problemas soy yo”, ejemplificó Óscar sobre situaciones internas en el equipo nacional que atraviesa una crisis por falta de planeación adecuada.
Mientras en México buscan desesperados puntos en torneos de poca calidad, las principales potencias buscan enfrentar a los rivales que tendrán en la cita olímpica de Tokio.