La Paz, Baja California Sur.- Desde 1998, la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) ha participado activamente en el Programa de Monitoreo de Arrecifes Rocosos. El año pasado, un equipo de la UABCS se unió a una expedición con motivo del 25 aniversario del programa, censando más de 62 sitios en el Golfo de California.
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El programa se inició tras la publicación de Norman Myers, destacando la importancia de proteger sitios de alta biodiversidad. En colaboración con el Instituto de Oceanografía Scripps y con el apoyo de especialistas en ecología marina como Paul Daton y Editt Sala, se lanzó el proyecto de fauna arrecifal, patrocinado por el Birch Aquarium.
Carlos Sánchez Ortiz, responsable del Laboratorio de Fauna Arrecifal de la UABCS, recordó que el proyecto comenzó con un grupo de estudiantes tesistas y 45 estaciones de monitoreo desde Los Cabos hasta Loreto.
“No esperábamos que el programa duraría casi 26 años monitoreando y censando anualmente”, comentó Sánchez Ortiz.
El programa se enfoca en el ecosistema arrecifal rocoso del Golfo de California, uno de los entornos más prósperos del mundo, estudiando hábitats de coral pétreo, abanico de mar, peces e invertebrados asociados.
Para el 25 aniversario, del 16 de septiembre al 17 de octubre, se realizó una expedición a bordo del barco Quino “El Guardián”. Participaron 18 especialistas, incluyendo expertos en invertebrados y peces, además de un grupo enfocado en tecnologías de cámaras para registrar especies difíciles de observar. La expedición sumó más de 1,500 horas de buceo a las 4,000 ya registradas en el proyecto.
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Entre 2009 y 2010, un estudio reveló un deterioro del 50% al 60% en los arrecifes monitoreados. En 2015, Octavio Aburto del Instituto Scripps de Oceanografía, y egresado de la UABCS, publicó un artículo presentando datos históricos sobre la salud de los arrecifes. Los resultados recientes indican que el 90% de los arrecifes del Golfo de California están degradados.
Sánchez Ortiz subrayó la importancia de generar información que impulse la reflexión sobre el uso de los recursos naturales y contribuya a las políticas públicas y acciones de conservación. “No se trata de dejar de pescar o proteger, sino de cambiar las formas y crear conciencia sobre los efectos en nuestra riqueza natural”, concluyó.
