/ lunes 11 de abril de 2022

Buscan un mundo sin violencia para los animales

Dirigentes de santuarios para animales hablan de los retos e importancia de sensibilizarnos sobre la situación por la que atraviesan muchas especies a diario

El comportamiento ético por parte de los seres humanos hacia los animales se ha colocado gradualmente en la atención pública en las últimas décadas. Movimientos sociales como el antiespecismo están creciendo gracias a internet y las redes sociales.

Ahora los temas relacionados con la crueldad, la explotación industrial de especies comestibles o los términos de las relaciones de privacidad con las mascotas parecen ser el foco del debate público más que nunca.

De acuerdo con Fernanda García-Naranjo Ortega, coordinadora del Santuario Granjita TyH, “El antiespecismo es la postura ética y política que aboga y lucha por la dignidad y la libertad de los demás animales. Es una postura antagónica al especismo como discriminación de una especie animal sobre otras. En otras palabras, se opone a la discriminación y explotación de otras especies simplemente por no pertenecer a la humana”.

El concepto fue determinado por Peter Singer gracias a su obra Animal Liberation: A New Ethic for the Treatment of Our Animals. Y posteriormente por Tom Regan con su libro En Defensa de los Derechos de los animales.

La lucha antiespecista es interseccional, un concepto acuñado en 1989 por la activista y académica Kimberlé Williams Crenshaw, quien argumenta que todas las formas de discriminación (sexismo, racismo, homofobia) constituyen un mismo sistema opresor.

Para los activistas que lo combaten, el especismo es considerado una opresión que sigue el mismo patrón que otro tipo de discriminación. Al igual que el machismo considera la superioridad del hombre.

En ese marco, “En un mundo que amenaza con derrumbarse, el respeto y el cuidado hacia los otros, nos puede dar la esperanza para mantenernos a flote”, asegura Víctor Bernal Huerta, fundador y director del santuario Huerta Vida Digna.

“Una cultura de violencia produce una sociedad violenta (...) Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras”, asegura Bernal Huerta.

“Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras. Golpear, torturar, asesinar y consumir a alguien para satisfacer nuestro paladar está normalizado en nuestra sociedad. De manera cotidiana, como sociedad, ensayamos y justificamos nuestra violencia”, agrega.

El santuario Huerta Vida Digna nació hace 7 años a partir de darse cuenta de la necesidad crear espacios antiespecistas dedicados al cuidado.

Foto: Cortesía

Dentro de los principales obstáculos que encuentran ambos activistas son:

Sustento económico: En Granjita TyH actualmente albergan a 85 animales que no sólo requieren de comida y espacio, también reciben atención médica y aseo.

Político: Para Víctor, este es un gran reto puesto que se trata de evitar que se confunda con un simple “bienestarismo” o granja didáctica, ya que lo que buscan con sus acciones es abolir la explotación animal y lograr el reconocimiento de los animales como individuos libres con derechos.

Fernanda agrega que “También la lucha antiespecista puede resultar compleja pues implica ir contra un sistema muy arraigado y cuestionar muchos hábitos. Se requiere mucho compromiso y enfoque”, dice.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), México ocupa el tercer lugar en cuanto a maltrato o crueldad animal, con sólo el 30 por ciento de los 19.5 millones de perros del país con dueño. Como resultado, el 70 por ciento de las mascotas se quedan en la calle y han sido o son víctimas de abandono y maltrato, cifra que aumenta un 20 por ciento cada año. Además, diariamente más de un millón de mascotas son maltratadas, desnutridas, abandonadas, descuidadas, expuestas a altas temperaturas en superficies, entre otras situaciones que contribuyen a la compra-venta temeraria.

“Nuestras acciones son reflejo de nuestros valores y nuestras emociones”, añade Fernanda. Por ello señala la importancia de recordar nuestra animalidad y de reconectarnos con la naturaleza. Asimismo, alude que el cuidado de la salud mental y emocional es vital:

“La paz comienza en nosotras mismas y en nuestras acciones y decisiones”. Por ello es muy importante reflexionar sobre lo que estamos perpetuando con nuestras compras, nuestros hábitos y nuestro ejemplo”.

El conjunto de leyes internacionales sobre derecho animal suele ser conocido como legislación animalista. Todavía no existe un consenso mundial sobre la protección de los derechos de los animales. Por esta razón, las leyes de bienestar animal tienden a variar mucho según el país, la región y el período que estemos revisando.

“Otros mundos son posibles. Y lo demostramos de manera cotidiana al señalar que es posible convivir con otras especies sin explotarlos de forma alguna. En Huerta Vida Digna ensayamos cómo vivir sin opresión animal y a través de las visitas y voluntariados que organizamos, muchísima gente se ha dado cuenta de las distintas personalidades que desarrollan los animales en libertad, de sus juegos, sus rituales y sus aventuras, así que sí, es posible crear otro mundo”, anima, Víctor.

Sobre la edad ideal para inculcar estos valores, Fernanda asegura que “Más que una edad, cada quien tiene su proceso. No obstante, definitivamente la infancia es muy receptiva y sin duda es más propensa a tener una conexión empática. Por ello en Granjita TyH compartimos la información sobre lo que sucede y sembramos esa semilla. Sabemos que germinará en el momento que deba de ser”.

Víctor concluye que “Así como tenemos la capacidad de violentar, también tenemos la de respetar y cuidar. Lo hacemos con nuestras familias, con nuestras amistades, con los perros y gatos con los que convivimos. Tenemos toda la capacidad de poder decidir en cualquier momento dejar de violentar y empezar a respetar y por qué no, de empezar a cuidar”.

Y es que, como decía Thomas Alva Edison, “la no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”.

Más información sobre estos santuarios en @huerta_vida_digna y @granjitatyh



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Ahora los temas relacionados con la crueldad, la explotación industrial de especies comestibles o los términos de las relaciones de privacidad con las mascotas parecen ser el foco del debate público más que nunca.

De acuerdo con Fernanda García-Naranjo Ortega, coordinadora del Santuario Granjita TyH, “El antiespecismo es la postura ética y política que aboga y lucha por la dignidad y la libertad de los demás animales. Es una postura antagónica al especismo como discriminación de una especie animal sobre otras. En otras palabras, se opone a la discriminación y explotación de otras especies simplemente por no pertenecer a la humana”.

El concepto fue determinado por Peter Singer gracias a su obra Animal Liberation: A New Ethic for the Treatment of Our Animals. Y posteriormente por Tom Regan con su libro En Defensa de los Derechos de los animales.

La lucha antiespecista es interseccional, un concepto acuñado en 1989 por la activista y académica Kimberlé Williams Crenshaw, quien argumenta que todas las formas de discriminación (sexismo, racismo, homofobia) constituyen un mismo sistema opresor.

Para los activistas que lo combaten, el especismo es considerado una opresión que sigue el mismo patrón que otro tipo de discriminación. Al igual que el machismo considera la superioridad del hombre.

En ese marco, “En un mundo que amenaza con derrumbarse, el respeto y el cuidado hacia los otros, nos puede dar la esperanza para mantenernos a flote”, asegura Víctor Bernal Huerta, fundador y director del santuario Huerta Vida Digna.

“Una cultura de violencia produce una sociedad violenta (...) Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras”, asegura Bernal Huerta.

“Cuando dejamos de reconocer a los demás como individuos con derechos, nos deshumanizamos y les violentamos de distintas maneras. Golpear, torturar, asesinar y consumir a alguien para satisfacer nuestro paladar está normalizado en nuestra sociedad. De manera cotidiana, como sociedad, ensayamos y justificamos nuestra violencia”, agrega.

El santuario Huerta Vida Digna nació hace 7 años a partir de darse cuenta de la necesidad crear espacios antiespecistas dedicados al cuidado.

Foto: Cortesía

Dentro de los principales obstáculos que encuentran ambos activistas son:

Sustento económico: En Granjita TyH actualmente albergan a 85 animales que no sólo requieren de comida y espacio, también reciben atención médica y aseo.

Político: Para Víctor, este es un gran reto puesto que se trata de evitar que se confunda con un simple “bienestarismo” o granja didáctica, ya que lo que buscan con sus acciones es abolir la explotación animal y lograr el reconocimiento de los animales como individuos libres con derechos.

Fernanda agrega que “También la lucha antiespecista puede resultar compleja pues implica ir contra un sistema muy arraigado y cuestionar muchos hábitos. Se requiere mucho compromiso y enfoque”, dice.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), México ocupa el tercer lugar en cuanto a maltrato o crueldad animal, con sólo el 30 por ciento de los 19.5 millones de perros del país con dueño. Como resultado, el 70 por ciento de las mascotas se quedan en la calle y han sido o son víctimas de abandono y maltrato, cifra que aumenta un 20 por ciento cada año. Además, diariamente más de un millón de mascotas son maltratadas, desnutridas, abandonadas, descuidadas, expuestas a altas temperaturas en superficies, entre otras situaciones que contribuyen a la compra-venta temeraria.

“Nuestras acciones son reflejo de nuestros valores y nuestras emociones”, añade Fernanda. Por ello señala la importancia de recordar nuestra animalidad y de reconectarnos con la naturaleza. Asimismo, alude que el cuidado de la salud mental y emocional es vital:

“La paz comienza en nosotras mismas y en nuestras acciones y decisiones”. Por ello es muy importante reflexionar sobre lo que estamos perpetuando con nuestras compras, nuestros hábitos y nuestro ejemplo”.

El conjunto de leyes internacionales sobre derecho animal suele ser conocido como legislación animalista. Todavía no existe un consenso mundial sobre la protección de los derechos de los animales. Por esta razón, las leyes de bienestar animal tienden a variar mucho según el país, la región y el período que estemos revisando.

“Otros mundos son posibles. Y lo demostramos de manera cotidiana al señalar que es posible convivir con otras especies sin explotarlos de forma alguna. En Huerta Vida Digna ensayamos cómo vivir sin opresión animal y a través de las visitas y voluntariados que organizamos, muchísima gente se ha dado cuenta de las distintas personalidades que desarrollan los animales en libertad, de sus juegos, sus rituales y sus aventuras, así que sí, es posible crear otro mundo”, anima, Víctor.

Sobre la edad ideal para inculcar estos valores, Fernanda asegura que “Más que una edad, cada quien tiene su proceso. No obstante, definitivamente la infancia es muy receptiva y sin duda es más propensa a tener una conexión empática. Por ello en Granjita TyH compartimos la información sobre lo que sucede y sembramos esa semilla. Sabemos que germinará en el momento que deba de ser”.

Víctor concluye que “Así como tenemos la capacidad de violentar, también tenemos la de respetar y cuidar. Lo hacemos con nuestras familias, con nuestras amistades, con los perros y gatos con los que convivimos. Tenemos toda la capacidad de poder decidir en cualquier momento dejar de violentar y empezar a respetar y por qué no, de empezar a cuidar”.

Y es que, como decía Thomas Alva Edison, “la no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes”.

Más información sobre estos santuarios en @huerta_vida_digna y @granjitatyh



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