La Paz, Baja California Sur.- Los mares aún en nuestros días están llenos de misterios, al igual que los animales que los habitan, como es el caso de las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), que por primera vez se les logró fotografía mientras se aparean, sin embargo, la sorpresa subió de nivel cuando se percataron que la pareja de ballenas eran machos.
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A pesar de que estos gigantes del mar han sido el objeto de estudios por años, aún se desconoce mucho de su comportamiento, sobre todo en el aspecto sexual, es por eso que las fotografías de este apareamiento han develado parte del telón que cubre a las jorobadas.
LUGAR Y HORA CORRECTO
Las imágenes fueron captadas de forma casual cuando una embarcación privada tuvo el encuentro con las dos ballenas, solo se encontraban en el lugar y a la hora correcta, aproximadamente a 2 kilómetros al oeste del cráter Molokini frente a la isla de Maui, Hawái.
La ballenas se acercaron al bote, lo curioso del encuentro, que duró alrededor de 30 minutos, y el color marrón de una de las ballenas (la llamaremos A), atrajo la atención de las personas a bordo por lo que comenzaron a tomar fotografías.
Las ballenas rodeaban y se acercaba a la embarcación la ballena A era seguida por la ballena B, a esta última se le veía el pene, regularmente si no hay actividad sexual se encuentra oculto en una cavidad, se cree que esto es para ser más aerodinámicos al momento de nadar, lo mismo sucede en otros animales marinos como lo delfines.
Durante el avistamiento se pudo observar el comportamiento de apareamiento de las ballenas, el animal B sujeta con las aletas y penetraba por un par de minutos a la A, los análisis y estudios señalan que no fue una penetración total.
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Los especialistas Stephanie H. Stack, Lyle Krannichfeld y Brandi Romano publicaron en Marine Mammal Science, un estudio sobre este encuentro sexual, llegando a varias a conclusiones, una de ellas señala que puede deberse a una manera de mostrar superioridad de la ballena B sobre la A, esto porque la ballena B, tras analizar los datos e imágenes se pudo observar que tenía una lesión, posiblemente una fractura en la mandíbula, lo que no le permitía alimentarse y por tanto el color marrón de su piel, lo que también le impedía rechazar de manera contundente a la ballena B.
El estudio señala además otros interpretaciones de estes comportamiento, además que ambas ballenas se encuentran en una bases de datos de observaciones previas, se recopilan imágenes de aletas y en algunos casas ADN de los animales, por lo que se pudo determinar que ambas eran macho, si quieren leer el texto completo puedo hacerlo en el sitio de Marine Mammal Science.