La Paz, Baja California Sur.- La Isla Espíritu Santo forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California desde el 2000 y desde 2005 es Patrimonio Natural de la Humanidad, categoría otorgada por la UNESCO, pero presenta una problemática aún más antigua, la población de cabras.
Es sabido por la comunidad de investigación científica, sector turístico y población en general que la isla más cercana a La Paz tiene cabras introducidas desde hace muchos años. Esta problemática ha rondado en varias campañas de erradicación por parte de la Semarnat, CONANP y organizaciones no gubernamentales. La campaña oficial más reciente (en 2016), ha sido inconclusa y por ende no ha cumplido su propósito en la erradicación y recuperación de la isla.
Esta problemática tiene diversos impactos ambientales y ecológicos en la isla debido a que las cabras (Capra hircus) no tienen depredadores naturales ya que son una especie que fue introducida.
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Juan José Montes Sánchez, investigador por México del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y comisionado del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, asevera que esta problemática no es aislada “en la Isla Guadalupe que está en Baja California se tenían cabras y ahí sí las eliminaron, y especies vegetales que creían eliminadas empezaron a aparecer después de la erradicación de las cabras”.
El hecho despierta la curiosidad hacia dos sentidos; por una parte el cómo llegaron las cabras a la isla, y por otra, cómo lograron adaptarse, reproducirse y sobrevivir en estas condiciones hostiles, desérticas y cálidas.
No se tiene un registro de la fecha exacta en el que las cabras fueron introducidas a la isla, lo que sí se sabe es que eran alimento para los pescadores de la zona desde que se realizaba la extracción de perlas en La Paz. Ahora son animales asilvestrados que se han adaptado a las condiciones alimenticias y climáticas de la zona.
Adaptación natural y condiciones genéticas
Con respecto al tema de la adaptación de las cabras al entorno hostil, Ramón Cepeda Palacios, especialista en reproducción y genética animal, ha realizado diversos estudios antes de su jubilación en torno a las condiciones genéticas y clínicas.
El objetivo del estudio es usar los resultados para guiar decisiones sobre cómo cruzar estas cabras ferales con cabras domésticas especializadas en producir carne y leche. Se busca aprovechar los genes que les han permitido adaptarse y sobrevivir en el desierto. También analizar los resultados de estos cruces para crear cabras más resistentes al cambio climático, especialmente frente a la escasez de agua que enfrenta el estado.
En 2016 se entregaron 97 ejemplares a la posta zootécnica de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, de los 600 totales en ese año en la isla, fueron estudiados en torno a su genética, adaptabilidad y calidad de la carne. Las pruebas se guiaron por 5 ejes de análisis: presencia de memellas, acorne (cuernos), tetas extranum, capa color negro y barba.
En los estudios dirigidos por Ramón Cepeda sobre el tema se revela que las cabras de la Isla Espíritu Santo no presentan variables genéticas fuera de rangos normales, sin embargo, su adaptación al entorno se refleja en su morfología, por ejemplo, el desarrollo de cuernos fue una acción adaptativa para conseguir alimento tumbando ramas o pequeños troncos y cactáceas.
Las cabras en cautiverio también tienen la capacidad para el desarrollo de cuernos, pero no tienen la necesidad de hacerlo, para los especímenes de la isla era una condición para la sobrevivencia, siendo que de los 97 ejemplares estudiados, todos (machos y hembras) presentaron cuernos.
“Respecto al color de la capa de pelo, en la población de caprinos estudiada predominó el color café en tonalidades que iban de café claro a café oscuro (94.8%), mientras que solo el 5.2% mostraban color negro liso".
"Se sabe que la herencia del color corresponde a alelos múltiples y que el color café es dominante sobre el negro”, así lo explica Cepeda en su estudio Frecuencia génica y genotípica de características corporales externas en los caprinos ferales extraídos de la Isla Espíritu Santo, Baja California Sur”.
Concluye con que estos colores podrían haber surgido como resultado de la selección natural, brindándoles protección frente a la intensa radiación solar y facilitando su camuflaje para evitar la caza furtiva realizada por pescadores.
La presencia de barba es una característica completamente dominante en los machos, y junto con el color del pelaje y el tamaño corporal, sugiere que las mismas razas de origen español dieron lugar tanto al caprino criollo mexicano como a las cabras ferales de las Islas del golfo de California.
“Las poblaciones de cabras ferales están reproductivamente aisladas, sin ser sujetas a depredación selectiva, por lo que en ausencia de mutación, migración y selección artificial, estas poblaciones caprinas deben estar cerca del equilibrio genético” agrega Cepeda en el estudio.
Alimentación de las cabras en la isla
El estudio titulado Herbivoría de cabras salvajes en la isla Espíritu Santo, Golfo de California, México, revela el impacto vegetal de las cabras en la isla.
Escrito por José Luis León De la Luz y Reymundo Domínguez Cadena como parte del Programa de Planeación Ambiental y Conservación del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), los resultados mencionan que la isla es un lugar donde el estrés hídrico es elevado y por ende las plantas y vegetación endémica sufren una baja reproducción.
“No existen datos meteorológicos específicos de la isla, pero los registros de la ciudad de La Paz sugieren una precipitación anual promedio inferior a 170 mm y una evaporación potencial de 2,500 mm. La lluvia es errática, con períodos de 8 a 10 meses sin precipitaciones durante el otoño, invierno y primavera”, afirma el estudio.
Con este fundamento, se agrega que por la erosión del piso y los hábitos alimenticios de las cabras, la desaparición de especies endémicas vegetales es inminente.
Emanuel Junco, investigador del departamento de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma de Baja California Sur explica que las cabras son pequeños rumiantes “por eso su metabolismo puede ser cambiante en tiempos de sequía y comer cantidades de plantas, flores y cortezas para equilibrar esa falta de agua”.
La isla es una zona con condiciones climatológicas muy extremas para los ambientes “normales” de las cabras “pero tienen la capacidad de que sus sistemas, es decir, sistema endócrino, digestivo neuronales, de adaptarlo con falta de líquido” explica Junco.
¿Se puede aprovechar la carne de las cabras?
El estudio realizado por Ramón Cepeda sobre los machos caprinos ferales extraídos de la Isla Espíritu Santo, resalta su potencial como productores de carne comparable a razas caprinas especializadas.
Este proyecto buscó aprovechar el excedente de machos para producción cárnica y evaluar su rendimiento en canal, con el fin de contribuir a su erradicación y generar beneficios económicos locales. El "rendimiento" o "rendimiento en canal" se refiere a la proporción entre el peso vivo de un animal y el peso de su canal tras el sacrificio, una vez eliminados la piel, la cabeza, las patas, la sangre y las vísceras.
Los hallazgos confirman que los machos ferales pueden ser una alternativa viable y de calidad para la producción de carne, contribuyendo al manejo sustentable de la biodiversidad. Además, la carne de estos animales presenta una oportunidad económica para productores locales, siempre que se garantice un precio competitivo en el mercado.
El manejo de los caprinos ferales como recurso cárnico podría representar una solución a un problema ecológico y una oportunidad económica.
Actualmente, la CONANP es la reguladora del parque nacional, que es una referencia importante para La Paz, desde el sector turístico, pesquero hasta investigaciones biológicas, medioambientales y de conservación.
La problemática de las cabras invasoras no es problema de los animales, es un problema derivado de errores humanos que hasta el día de hoy no se ha podido solucionar. Mientras tanto, el suelo de la isla se erosiona, las especies endémicas se reducen y desaparecen y los animales siguen en condiciones de vida extremas.