A través del horror y el suspenso, el cineasta Humberto Hinojosa plasmó lo difícil que es para un adolescente cargar con las malas decisiones de sus padres, así como el rumbo que éste puede tomar si decide repetir el mismo patrón de comportamiento o si opta por iniciar un nuevo camino.
Esa es la premisa de la nueva cinta No abras la puerta, protagonizada por Iñaki Godoy y Ximena Lamadrid y que, a través de la visión de estos dos jóvenes abordan temas como el abuso y la violencia intrafamiliar.
“Desde hace tiempo ya teníamos esta historia y empezó porque queríamos contar qué pasaba con esos niños que nacían o venían de un acto atroz como una violación y de qué manera el sistema o la sociedad hacían que ese niño naciera.
“Exploramos mucho la forma de crecer de esta persona y cómo se le cuenta que su progenitor es quizá lo más atroz que pudiera haber en el mundo, alguien que decidió hacer lo que hizo y que él es el resultado; al mismo tiempo, cómo una madre cría a un niño así, cómo le explica quién es su padre. La única manera que encontramos fue a través de un monstruo, creo que hacerlo humano era tan difícil y tan duro que fue más fácil que el género nos ayudara a llegar a ese lugar”, afirmó Hinojosa en entrevista.
El filme desarrolla varias historias que se van entrelazando alrededor del tema central que es la forma en cómo las personas enfrentan su herencia familiar.
“Hay muchas mujeres que han sufrido este tipo de abusos e hijos que nacen en situaciones terribles; las madres que deciden tenerlos, criarlos y cuidarlos y nosotros como guionistas (junto con Javier Peñalosa y Carl Zitelmann) tratamos de entender desde qué lugar una madre podría criar un hijo así y la única manera era que el padre es un demonio, un ser monstruoso. La única respuesta que encontramos fue en lo sobrenatural”, expresó el director.
En cada escena, el público vivirá una montaña rusa de emociones, al intentar averiguar qué sucede con los personajes centrales; cuando pareciera que todo es muy normal, la trama da un giro total y comienza el cuestionamiento sobre lo que es real y lo que no.
La historia sigue la vida de Fausto (Godoy) y Esther (Lamadrid), cuya infancia fue atormentada, Fausto trata de escapar de su padre al momento de ser infectado por un extraño mal que se esparce en su cuerpo, mientras que ella es maltratada por su cuñado.
“Fausto tiene un pasado que lo sigue, que interfiere con su búsqueda de libertad, quiere hacer muchas cosas, pero el mundo es un lugar complicado donde las cosas en ocasiones no son muy seguras. Lo que yo me llevo de este personaje es este aprendizaje de que cuando tenga que tomar mis decisiones las tomaré y la gente me protege porque tal vez ellos conocen cosas que yo no.
“Fue un papel muy bonito que me conmueve mucho y aprendí muchas cosas y como actor lo que me llevo es que puedo ser muy versátil e interpretar cosas muy distintas y eso me da mucho orgullo”, aseguró el Godoy.
Lejos de dar una enseñanza al público, el objetivo del también guionista es demostrar que una persona vive en una dualidad tanto de maldad como bondad y que está en la decisión de cada uno escoger el camino que le resulte favorable.
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“El amor y la compasión por los otros es la única respuesta para seguir adelante y eso es lo que los personajes van identificando, cuando se encuentran los protagonistas, ambos tienen un hueco el cual poco a poco van complementando y el amor es lo que los salva. De alguna forma ese es el giro de la película, el amor de la madre es lo que protege a su hijo”, sostuvo.
El proyecto cuenta con las actuaciones de Alberto Guerra, Rubén Zamora, Enrique Arreola, Mauro Gónzalez, Alfonso Borbolla, entre otros. Está disponible a través de la plataforma de ViX+.
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