Alistan reporte sobre expedición de en Golfo de Ulloa

Un equipo a bordo del buque científico "Sayulita", de la Armada de México, tomó muestras para encontrar las causas de la mortandad de las tortugas

Raymundo León / El Sudcaliforniano

  · lunes 30 de septiembre de 2024

El equipo del crucero de investigación estuvo dos semanas en la expedición por el golfo de Ulloa. Foto: Cortesía / UABCS

La Paz, Baja California Sur.-Un equipo interdisciplinario de expertos busca las causas de la tragedia de la mortandad de miles de tortugas caguamas (Caretta caretta) en el Golfo de Ulloa en los últimos seis años, que ha provocado la amenaza de embargo contra las pesquerías mexicanas por parte de Estados Unidos.

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El 19 de agosto, el buque de investigación oceanográfica “Sayulita” de la Secretaría de Marina zarpó del puerto de Pichilingue, en La Paz, al Golfo de Ulloa, en el océano Pacífico, para estudiar y proteger el hábitat de la tortuga caguama, en una expedición que duró dos semanas.

El primer informe de la investigación se entregará a la Semarnat, a finales de este mes, la cual se pondrá en contacto con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) para posiblemente renegociar y ver con base en esto qué se va a hacer.

Los estudiosos buscan la presencia de agentes infecciosos que puedan ser patógenos y afectar a las tortugas, también revisan la presencia de plásticos u otras formas de contaminación, además de analizar las temperaturas en el mar, dijo el doctor Eduardo Reséndiz, profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur

En el equipo participan expertos de las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Agricultura y Desarrollo Rural, y Marina, además de un representante del sector pesquero de la región e investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste, y otros actores de la sociedad civil como el Grupo Tortuguero de las Californias, la Sea Shepherd Conservation Society, así como del gobierno de Baja California Sur.

Las tortugas viajan 11 mil kilómetros desde Japón. Foto: Cortesía / UABCS

El 19 de agosto, el buque de investigación oceanográfica ARM. “Sayuyita” (BI03) de la Secretaría de Marina zarpó del puerto de Pichilingue, en La Paz al Golfo de Ulloa, en el mar de Cortés, para estudiar y proteger el hábitat de la tortuga caguama.

En el crucero de investigación, que duró dos semanas, participó un equipo multidisciplinario de instituciones nacionales con el objetivo de evaluar las condiciones oceanográficas, físicas, químicas y biológicas del área marina del Golfo de Ulloa; analizar los cambios y condiciones del hábitat de la tortuga caguama como factor clave para su supervivencia, y recopilar información del estado de salud de esta especie.

Este ejercicio forma parte de una estrategia del gobierno federal para revertir la certificación negativa impuesta por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, el 31 de agosto de 2023, la cual pone al borde de un embargo pesquero a México.

La estrategia del gobierno federal considera la participación activa y constante de las comunidades y el sector pesquero en cuestiones normativas, acciones de conservación, fortalecimiento de inspección y vigilancia, así como cooperación internacional, entre otras, buscando asegurar la protección de la tortuga caguama reconociendo que los varamientos o mortandad de tortugas pueden relacionarse con causas diversas a la pesca incidental como la edad, enfermedades, depredación natural, parasitismo y condiciones ambientales adversas.

Eduardo Reséndiz, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur aseveró que en el Golfo de Ulloa se han suscitado, en años anteriores, altas mortalidades de tortugas amarillas Caretta caretta, y aunque se han hecho diferentes estudios, en esta ocasión la UABCS lleva a cabo las investigaciones que corresponden a la salud de los quelonios.

Foto: Cortesía / UABCS

“Se capturaron tortugas, se recolectaron muestras biológicas y estamos analizándolas para ver si existe alguna amenaza o alguna otra situación que suponga un riesgo para la vida de estos animales”, dijo.

Precisó que están haciendo estudios de sangre, microbiológicos y moleculares para ver la presencia de agentes infecciosos que puedan ser patógenos y puedan afectar a las tortugas, pero también están revisando los impactos antropogénicos, particularmente si hay presencia de plásticos y otras formas de contaminación.

Abundó que otro factor es el análisis de las temperaturas en el mar, porque puede darse aturdimiento o parálisis por frío, cambios drásticos de temperatura que pueden aletargar a las tortugas y ponerlas en una situación vulnerable para caer en redes, ser golpeadas por embarcaciones o comidas por depredadores.

El investigador, adscrito al Departamento Académico de Ciencia Animal y Conservación del Hábitat de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS) y único elemento de la UABCS que forma parte del equipo interdisciplinario del crucero, explicó que el Golfo de Ulloa es un centro de actividad biológica muy importante en el océano Pacífico, porque convergen muchas especies de importancia comercial.

Dijo que la tortuga caguama viaja desde los mares de Japón hasta el Golfo de Ulloa para alimentarse en el verano, pero el problema en los últimos años es el alto índice de mortandad, lo que impacta en la disminución de su población.

“Ha habido varamientos en años anteriores de tortugas y se han asociado a la captura incidental, sin embargo, podría haber otras opciones que podrían suponer un riesgo para estas especies. Entonces estamos tratando de investigar cuáles son estas otras opciones”, subrayó.

Reséndiz mencionó que no se puede descartar la posibilidad de que sea la pesca incidental la responsable de la mortandad, pero se requieren más estudios como los que está llevando a cabo el grupo interinstitucional conformado hace unas semanas, porque también puede haber otros factores.

“Cada uno se aboca a un tipo de investigación, algunos están haciendo la caracterización del hábitat, es decir, evaluar las condiciones que hay en la zona como temperaturas, corrientes, clorofila, disponibilidad de alimento, etcétera, para ver si efectivamente hay otros riesgos, y nosotros complementamos esta parte con los estudios de salud”, dijo.

Aclaró que en el equipo científico no hay gente de la Sea Shepherd, pero también están ayudando y aportando para que la información sea lo más transparente y accesible para todos.

“Cada grupo científico está generando la información pertinente y como debe ser, de acuerdo a los protocolos que ya están estandarizados”, mencionó.

Puntualizó que un eventual embargo pesquero sería muy negativo para México, porque es uno de los países con mayor producción de peces y otras especies marinas a nivel mundial, y una gran parte de esta producción se va a Estados Unidos.

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De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental la tortuga caguama es una de las cinco especies de tortugas marinas que habitan el litoral de la Península de Baja California.

Anida en las playas de Japón y cada año atraviesa 11 mil kilómetros hasta las aguas del Golfo de Ulloa, en Baja California Sur (BCS), donde permanecen durante su etapa de crianza de 20 a 30 años. “Desafortunadamente, no todas logran llegar con vida a su destino. Cada año, cientos de tortugas caguama mueren cerca de la costa, sus cuerpos inertes son arrastrados por las corrientes y algunos terminan en la orilla de la playa San Lázaro, Baja California Sur”, advierte la organización ambientalista.

En una gráfica de su página oficial de internet precisa que en los últimos seis años han muerto más de 3 mil tortugas caguamas en el Golfo de Ulloa, según datos de la Profepa y la Conanp, pero las estimaciones podrían llegar hasta las nueve mil, porque no todos los restos llegan a la playa.