La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- Vecinos de La Purísima, San Isidro, Los Comondús, rancherías de la Sierra de San José Guajademí y pueblos circunvecinos comienzan a resentir los efectos del cierre del expendio de gasolina que operaba en la zona desde el año 2017, y que se retiró por el riesgo de ser multado debido a que se trataba de un tanque de combustible y un dispensador que operaban de manera convencional, pero sin contar con los permisos de la autoridad competente.
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Aunque la estación operaba de manera rústica, ofrecía condiciones de seguridad en el manejo del hidrocarburo tanto en las instalaciones como hacia el consumidor, y su instalación fue a petición de la autoridad municipal a fin de resolver el problema de abasto en esa región del norte del municipio de Comondú, luego de que en marzo del 2017 la policía federal aseguró y confiscó más de 5 mil litros de gasolina en tibores de 200 litros y latas de 20 que se vendían de manera irregular en domicilios particulares.
Uno de los empresarios de esta gasolinera consultado por este medio, confirmó que fue por petición de las autoridades que se instaló esta gasolinera en La Purísma y que en ese mismo año se instalaría otra similar en San Juanico, sin embargo, el proyecto no se concretó debido a problemas en la aportación del terreno.
A una semana del cierre de esta gasolinera, los vendedores de combustible a granel en latas de 20 litros reiniciaron sus ventas, pero a un precio de hasta 550 pesos cada unidad, es decir casi 150 pesos más caro de lo que costaba en la estación que recién dejó de operar.
Además del efecto directo para los automovilistas, este incremento también repercutió en el alza de los insumos incluyendo alimentos básicos como el frijol que se vende hasta en 60 pesos el kilo y el azúcar hasta 30, entre otros.
Vecinos de La Purísima entrevistados por este medio denunciaron que este aumento en los precios de alimentos y combustibles llega en el peor de los momentos, no solo por la crisis económica causada por la pandemia de Covid-19 sino también por los efectos de una severa sequía que obliga a los ganaderos a llevar agua y alimento a sus hatos y a sus rebaños, usando importantes cantidades de combustible ya que la mayoría tienen sus animales en la parte alta de la sierra.
El retiro de esta gasolinera también afecta a comunidades pesqueras cercanas como San Juanico y Las Barrancas, cuyos habitantes deben ahora viajar 100 kilómetros hasta Ciudad Constitución para adquirir el combustible que requieren sus pangas y sus vehículos.