La Paz, Baja California Sur.- Con el inicio de la temporada de lluvias, aumenta el peligro de mordeduras de víboras de cascabel, debido a que este reptil habita en madrigueras que debe abandonar a causa del agua y buscar otros sitios secos y más seguros.
Fuentes de la Secretaría de Salud señalaron que de acuerdo a los registros de mordeduras, la mayor parte se presenta cuando la persona invade el territorio del animal o lo pisa de manera accidental, y aunque el veneno es muy tóxico y muy poderoso, hay un suero antiviperino -antídoto- disponible, con el que se trata al afectado durante varias semanas, hasta que queda fuera de peligro.
Aunque tradicionalmente la mayor cantidad de casos se presentaba en las rancherías, en los últimos años hay más mordeduras en la zona urbana del municipio de Los Cabos, específicamente en las invasiones, en donde grupos de personas ingresan al monte para edificar precarias viviendas, conviviendo con éstos y otros tipo de animales que también pueden causar mordeduras, como es el caso de zorrillos, con el riesgo de que porten el virus de la rabia.
La mordedura de una cascabel puede ser fatal y el proceso de tratamiento y recuperación es lento; la de una recién nacida puede ser igual o hasta más peligrosa que la de una víbora adulta, debido a que éstas no administran la cantidad de veneno que inyectan como sí hacen las grandes, que lo aplican de manera parcial guardando para una segunda o tercera mordedura, es decir, para varios ataques.
Siendo la cascabel una especie silvestre, corresponde a la Semarnat retirarla de su hábitat, aún y cuando ya esté muerta, hacerlo por cuenta propia podría ser motivo de sanción.
No hay registros oficiales sobre las poblaciones de víboras en el estado, aunque se sabe que las intensas lluvias de los últimos 5 años han provocado un aumento en otras especies que les sirven de alimento, lo que ha favorecido la reproducción de estas serpientes.
Campesinos de los pueblos aledaños a la Sierra la Laguna refieren que cada vez son es más frecuente encontrar rastros de víboras, y algunos aseguran que ya existe una sobrepoblación, como sucede con el caso de los coyotes.