LA PAZ, BCS., (OEM-INFORMEX).- Los distribuidores de automóviles de Baja California Sur vendieron durante el año 2019 9 mil 100 unidades al menudeo, una cifra 3 por ciento superior a la del año anterior, que contrasta con la tendencia nacional de este sector en donde se registra un crecimiento negativo de alrededor del menos 7 por ciento en este mismo periodo.
A lo anterior, habría que sumarle 800 unidades que se comercializaron mediante el esquema de flotillas, ya sea vendidas en el interior del estado o que fueron enviaron a otras entidades.
El Director de la Asociación de Distribuidores de Automotores de Baja California Sur, A.C. (AMDA-BCS) Víctor Angulo informó que solo cuatro entidades del país registraron en el 2019 un crecimiento en ventas durante al 2019.
En lo local, atribuyó este fenómeno a las condiciones favorables de la economía particularmente a la dinámica del sector turismo, y a la entrada de las plataformas digitales como Uber y otras, a las que se integraron casi dos mil vehículos nuevos de la línea económica de entre 200 y 300 mil pesos.
Otra factor fue el del acceso al crédito, con tasas muy accesibles y plazos de hasta 5 años, agregó.
Con respecto a las perspectivas para el 2020, el Director de la AMDA-BCS consideró que es posible cuando menos igualar la meta de un tres por ciento de crecimiento; descartó regresar a los niveles de años anteriores cuando al crecimiento era de hasta el 12 por ciento, o al del año 2017 cuando se registró un 20 por ciento, uno de los más altos de todos los tiempos.
Aceptó que uno de los grandes problemas para la industria automotriz sigue siendo la entrada de autos ilegales procedentes de Estados Unidos, unidades que en su mayoría han sido siniestradas en aquel país o no cumplen con las normas de emisión de contaminantes, y aunque no se pueden importar, siguen cruzando la frontera y comercializándose en México a través de organizaciones como ONAPPAFA y otras.
Por lo demás, celebró que el gobierno federal haya extendido para este año las restricciones a la importación de vehículos usados de Estados Unidos, limitando a que sean de entre 5 y 9 años de antigüedad, que pasen las pruebas de no contaminación y que hayan sido ensamblados en Estados Unidos, México o Canadá.