Por segunda vez en el año bajó la venta de automóviles nuevos en Baja California en un menos 3.9 por ciento para julio, informó la Asociación Estatal de Distribuidores de Automotores.
Sin embargo de acuerdo con el presidente de ese organismo, Juan Pablo Gastélum Alatorre, la entidad mantiene una favorable tasa del 9.7 por ciento de variación anual acumulada en el periodo enero-julio.
Lee: $634.50 es el precio del tanque de gas de 30 kilos en BCS
Un comunicado que la asociación envío a la prensa, destaca que en el estado se vendieron 774 vehículos ligeros en julio, principalmente de usos múltiples, camiones, subcompactos y compactos, una cifra menor en 31 unidades en comparación con las 805 que se comercializaron en el mismo mes del año pasado, reportaron las estadísticas de la consultora Urban Science.
Esa cifra representa una participación estatal del 0.7 por ciento en el volumen total de 107 mil 91 automóviles movilizados por las agencias de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) en la República.
En Baja California Sur la compra de vehículos nuevos inició enero con un aumento del 2.3 por ciento, sus operaciones se dispararon 28 por ciento en febrero y 27.8 por ciento en marzo.
Mientras que en abril decreció -10.2 por ciento y en mayo obtuvo un mínimo 0.1 por ciento de alza, hasta remontar en junio con un robusto 26.8 por ciento de incremento.
Los altibajos lo han mantenido en los últimos lugares de la clasificación del sector.
Pese a esto la entidad sudcaliforniana sumó 5 mil 682 adquisiciones vehiculares en los últimos siete meses del año, lo cual comparado con las 5 mil 178 que se registraron en el mismo periodo del año pasado, arroja una diferencia de 504 compras más, lo que equivale a un incremento del 9.7por ciento.
Ni la Asociación Estatal de Distribuidores de Automotores ni la consultora Urban Science explicaron la baja venta de automotores en julio pasado que se sumó a la registrada en abril.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
Entre las causas podrían estar secuelas de los más de 3 años de pandemia de Covid-19 que le pegó a la economía de Baja California y a sus habitantes.
Algunas de ellas podrían ser los decesos, despidos de empleados y la reducción del poder adquisitivo, así como la escasez de plazas laborales bien pagadas que dejó a su paso la emergencia sanitaria.