“Yo digo que la tecnología se debe analizar con un criterio más amplio”, menciona América Aceves Márquez, psicóloga especialista en la terapia cognitiva, pues si bien hay un ambiente de rechazo por parte de los padres hacia el uso que le dan sus hijos, en gran parte los padres también la usan la para entretener a sus hijos y poder realizar trabajo o socializar con sus amigos.
Aceves Márquez menciona que en la actualidad los padres no están posibilitados a negarle la tecnología a sus hijos, pues si bien antes se podía vivir sin ella ya que los procesos de aprendizaje y socialización se daban de otra forma, hoy en día se convierten esenciales para estos procesos, eso sí, a determinadas edades.
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DOSIFICAR ES LA CLAVE
Debido a que no se puede negar la tecnología, América recomienda regularla, otorgando horarios para el uso de ésta que vayan de acuerdo a su edad y a sus rutinas diarias, para generar seguridad y control de su día, por lo cual recomienda que antes de los dos años el niño/a no tenga acceso a estos aparatos debido a que durante este tiempo se desarrollan habilidades como identificar los movimientos, las formas, los colores, etc., y en caso de usar la tecnología se privaría al bebé de todo este aprendizaje.
A partir de los 2 o 3 años se recomienda media hora o máximo una hora, debido a que en esta etapa el niño/a está conociendo sus emociones; para la edad en la que se encuentran en la primaria, debido a que requieren la tecnología para desempeñar ciertas tareas y se desarrollan habilidades cognitivas, se recomiendan una hora o dos horas; sin embargo, en la secundaria, las tecnologías cobran mucha relevancia en la socialización, por lo que se permiten hasta tres horas.