La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Productores agrícolas que se dedican a la siembra de hortalizas enfrentan la peor crisis de todos los tiempos debido a un desplome de hasta el 80 por ciento en los precios, con más de 5 mil hectáreas en plena cosecha de la que dependen directa o indirectamente más de 40 mil trabajadores, y compromisos con fuentes financieras que no se van a poder cumplir.
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RASTREAN CULTIVOS
La presidenta de la Junta Local de Sanidad Vegetal del municipio de La Paz María Helena González, informó que se trata de una situación “terrible”, de tal magnitud que algunos productores están rastreando sus cultivos debido a que resulta incosteable seguirlos sosteniendo.
La también productora de hortalizas, atribuyó el desplome del mercado a un nuevo patrón de consumo originado por la pandemia de Covid-19, a la falta de dinero, el cierre de restaurantes, y en general al impacto económico que está dejando la emergencia sanitaria entre millones de jefes de familia que han perdido su empleo o gran parte de sus ingresos.
CAE CONSUMO EN EU
Explicó que no es un fenómeno sólo nacional; en Estados Unidos a donde se van entre el 70 y el 80 por ciento da las hortalizas sudcalifornianas tampoco hay circulante, y el patrón de consumo ha cambiado de tal manera, que ahora la gente prefiere comprar alimentos enlatados.
Señaló que los precios andan “por los suelos”y que algunos productores están sobreviviendo y sacando para los gastos más elementales e inmediatos, vendiendo a los establecimientos del estado, pero quedándose con grandes volúmenes que tradicionalmente se enviaban a otros mercados.
CLIMA TAMPOCO AYUDA
A lo anterior, habría que sumarle la cuestión ambiental ya que en el año 2020 se presentó un verano muy largo, lo que provocó mucho aborto en los primeros meses, retrasando el levantamiento de las cosechas.
Recordó que históricamente al mes de enero los productores ya han recuperado los gastos, y en esta temporada ni siquiera se ha logrado la mitad de la inversión, y esto sucede en tomate, chile, cebolla, pepino; solo se salva la calabaza, aunque el consumo es muy limitado, anotó.
Puso como ejemplo que a nivel local tiendas que antes pedían hasta 10 tarimas de chile o tomate ahora piden por cajas y lo hacen conforme las van vendiendo; en Estados Unidos los distribuidores han detenido los pedidos, no hay precio y tienen llenas las bodegas.
VEN CARTERA VENCIDA
Algunas hortalizas como el tomate que en campo se llegaban a pagar hasta en 14 pesos el kilo en años anteriores, ahora se ha cotizado hasta en 2 pesos, y producirlo cuesta 6.50; Esta crisis es terrible, reiteró,y mientras tanto, el apoyo del gobierno federal al campo sigue siendo nulo, nos desparecieron todos los programas y le quitaron a la Financiera Nacional gran parte de sus recursos y los que quedan se prestan con la misma tasa de interés que la de la banca comercial, prácticamente con los mismos requisitos:
Y lo peor, los bancos no está prestando para actividades primarias; Si tuviéramos otro gobierno, ya hubiéramos tenido cuando menos “un rescatito”, dijo finalmente.
Falta de dinero y cambio en los patrones de consumo a causa de la pandemia; en riesgo más de 40 mil empleos del campo en más de 5 mil hectáreas
6 MIL HAS DE ESPARRAGO
En el Valle de Santo Domingo –la más importante de las regiones agrícolas del estado- también hay alarma; al desplome actual de los precios y del mercado en tomates, chiles, chicharos y col de Bruselas se suma la preocupación de la producción de casi 6 mil hectáreas de espárragos que comenzarán su producción en el mes de febrero, con 11 agro empresas que cuentan con sus propios empaques y que dan empleo a más de 2 mil trabajadores.
Se trata de un producto cuya producción se exporta a Estados Unidos en un 90 por ciento, con un escaso consumo nacional y grandes costos de producción y de manejo; la primera cosecha se levanta en febrero y abril y la segunda en septiembre y octubre.
Productores entrevistados por este medio, alertaron sobre una crisis económica sin precedente en el sector agrícola, con miles de fuentes de trabajo en riesgo de perderse, carteras vencidas con las fuentes de financiamiento, cierre parcial o total de algunos ranchos y el retiro de inversiones en el sector.
Y es que buena parte de las tierras sembradas con espárragos están rentadas, de tal manera que un colapso en este cultivo alejaría a las agroempresas, dejando a los propietarios con ingresos y sin la posibilidad de reiniciar con otros cultivos, debido a que la mayoría están descapitalizados.