La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- La situación de salud que se vive en todo el mundo, vino a cambiar la forma de vida y de trabajo de un gran número de personas, hay quienes se han tenido que adaptar a las nuevas formas de trabajo, Silvia Hernández Paéz quien por más de 20 años ha impartido catecismo a niños y niñas de la Catedral de Nuestra Señora de La Paz, menciona que a sus 68 años ha tenido que familiarizarse con la tecnología para poder impartir clases a los menores, la pandemia le vino a traer mucho aprendizaje.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
“Indiscutiblemente las clases presenciales son mejores porque hay más dinámicas pero sobre todo para mi edad que no trabajaba por internet son nuevas herramientas, nuevo retos y he tenido la fortuna de trabajar bien porque ellos me ayudan, iniciamos en octubre y nos ha dado muy buen resultado pues los niños se están acoplando, me he adaptado y sobre todo me ha servido mucho porque estoy aprendiendo con ellos, los mismos niños son los que me van enseñando a utilizar la tecnología, ellos me dicen como encender el micrófono y qué moverle a la computadora”.
Al inicio de las clases virtuales de catecismo solo se inscribieron 19 niños y niñas debido a que desconocían la forma de trabajo pues apenas se estaban adaptando a las clases por internet en sus escuelas, hay menores que no podían tener a la mano una computadora y esto es impedía el presentarse a catecismo, pero la señora Silvia ha buscado la forma de acercarlos a las clases.
“Yo me he adaptado con cada uno de ellos, se ve una responsabilidad tremenda de ellos y los papás que me están marcando en ocasiones porque no pueden entrar, poco a poco se han unido ahora ya tengo 29 niños y niñas a mi cargo, si ha implicado más trabajo porque los atiendo en el momento que me dicen, pero para mí esto ha sido un regalo de Dios, una oportunidad y distracción que me trajo la pandemia”.
Tercer, cuarto, quinto y sexto año llevan a cabo sus clases de catecismo todos los sábados por las mañanas, la señora Silvia Hernández menciona que no se ha tenido un decremento de niños y niñas que asisten a sus clases de catecismo, afortunadamente se tiene el mismo número que antes, al inicio solo fueron unos sábados que no asistían, pero después se fueron involucrando, primero y segundo año no están teniendo clases pues estos grupos no presentaron gran interés.
“Duro 45 minutos con clase y después vuelvo a meterme, los mismos niños son los que me explican cómo, hemos hecho los trabajos juntos, dinámicas, pero el objetivo se ha cumplido, los padres de familia también nos apoyan mucho, todos están muy interesados, yo estoy agradecida por esta oportunidad, es algo nuevo algo diferente que disfruto mucho y me da vida”.
A sus 64 años, Silvia Hernández, menciona que nunca es tarde para aprender y siempre será bueno tomar lo mejor de las situaciones que se ponen en frente ya que mientras existan ganas y disposición lo demás se a solucionando con forme la marcha.