La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Vecinos de San Juanico y Las Barrancas pedirán al presidente Andrés Manuel López Obrador apoyos para atender la crítica situación que enfrentan esas comunidades ribereñas del litoral del pacifico central sudcaliforniano, luego del colapso de la pesquería de langosta causada por la epidemia de coronavirus en China, principal comprador de este crustáceo.
El dirigente cooperativista Florencio Aguilar Liera informó que el desplome total del mercado asiático los orilló a detener la captura el pasado 15 de enero, cuando apenas iban a un 50 por ciento de la zafra, de tal manera que solo lograron vender alrededor de 30 toneladas.
Recordó que la totalidad de la langosta que se va a China se transporta viva y el precio se movía en un rango de entre 45 y hasta 50 dólares el kilo, aunque luego de la emergencia sanitaria se desplomó hasta los 25 dólares, y sin comprador.
A fin de mitigar en algo el efecto de la caída del mercado, los cooperativistas están vendiendo en La Paz langosta congelada, y aunque se ofrece a un precio menor al que pagan los chinos, lo que buscan es mitigar en algo la pérdida, explicó.
Aguilar Liera informó que en la actualidad los pescadores están sobreviviendo con la captura de algunas escamas que venden en playa, aunque sus ingresos son apenas para sobrevivir.
El líder cooperativista alertó sobre la agudización de la pobreza en esta zona por efecto secundario de la epidemia de coronavirus, y recordó que tanto San Juanico como Las Barrancas son pueblos con grandes rezagos; abismales si se comparan con el resto de las comunidades aledañas, tanto hacia la zona pacifico norte como al sur, rumbo a Bahía Magdalena.
Puso como ejemplo la carencia de electricidad en ambas comunidades, un servicio que detiene todo el desarrollo y frena la posibilidad de modernización de las cooperativas.
Recordó que la demanda de electrificación es de hace décadas y que gobiernos van y gobiernos vienen y ninguno resuelve.
Aceptó que de parte del gobierno del estado y del municipio de Comondú hay voluntad para escuchar este reclamo, pero todo se queda en eso; luego de 60 años, seguimos sin electricidad, concluyó.