La Paz, Baja California Sur.- Baja California Sur enfrenta el riesgo de una pérdida de más de 300 mil jornales en el sector agropecuario, en caso de que el gobierno federal no logre un acuerdo con Estados Unidos para quitar al arancel del 17.5 por ciento al tomate mexicano de exportación, que entraría en vigor el próximo 7 de mayo.
Según datos oficiales, en esta entidad se siembran alrededor de 1800 hectáreas de tomate casi la totalidad en invernaderos, la mayor parte para ser enviados al mercado norteamericano; la cosecha dura hasta 6 meses en agricultura protegida, una producción de 98 mil toneladas y un valor de 2 mil 200 millones de pesos.
En caso de que entrara en vigor, las agroempresas tendrían que sacrificar el 17.5 por ciento de sus ventas, lo que dejaría de hacer rentable la actividad y por tanto tendrían que emigrar a otro tipo de cultivos.
Las zonas productoras más importantes son el valle de Vizcaíno, Comondú y La Paz, y en menor medida La Paz y Los Cabos, en este último caso con aproximadamente 200 hectáreas de orgánicos.
El cultivo del tomate se lleva a cabo en los dos ciclos -primavera-verano y otoño invierno- ocupando miles de jornales durante todo el proceso, desde la preparación de los terrenos y la construcción y el mantenimiento de las mallas sombras hasta la recolección y el empaque.
Este arancel fue resultado de las presiones de productores de tomate de Florida iniciadas en el año 1996 que argumentan que sus homólogos mexicanos incurren en prácticas desleales.