Entre aplausos y acrobacias, La Paz vivió el desfile de la Revolución Mexicana

Cerca de 3 mil corazones desfilaron para mantener vivo el espíritu revolucionario

Alan Flores / El Sudcaliforniano

  · miércoles 20 de noviembre de 2024

El grupo de bomberos, conformado por 55 elementos y cinco vehículos, se robó los aplausos con una exhibición de acrobacias sobre su camión extintor. Foto: Alan Flores / El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur. – En el centro de La Paz, la mañana del 20 de noviembre comenzó con el bullicio de la multitud que se reunió para conmemorar el aniversario 114 del inicio de la Revolución Mexicana.

Eran las 8:30 cuando, después de la entrega del Premio Estatal del Deporte, el desfile se puso en marcha, después de la toma de la foto oficial.

El cielo templado prometía una jornada agradable, pero con el paso de las horas las nubes se disiparon, dejando que el sol deslumbrara sobre los contingentes que avanzaban por las principales avenidas, acompañados por los aplausos de los asistentes.

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Las familias se dieron cita con los más pequeños, quienes observaban fascinados el paso de los contingentes mientras disfrutaban de elotes, burritos y empanadas que vendían los puestos a lo largo del recorrido.

Alberto Cota / El Sudcaliforniano

El desfile se extendió por tres horas y finalizó a las 11:30 de la mañana, sin contratiempos. A lo largo del trayecto, desfilaron un total de 2 mil 901 personas y 73 vehículos, incluyendo contingentes de las fuerzas armadas, cuerpos de seguridad, estudiantes, charros y bomberos.

La presencia de 345 elementos del ejército, la Fuerza Aérea, la Guardia Nacional e Infantería de Marina llenó de solemnidad el evento.

Ocho vehículos militares y tres unidades de maquinaria pesada acompañaron el desfile, destacando el poderío del aparato estatal.

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El grupo de bomberos, conformado por 55 elementos y cinco vehículos, se robó los aplausos con una exhibición de acrobacias sobre su camión extintor, y la Marina llevó a cabo una representación humana del Buque Escuela Cuauhtémoc, arrancando exclamaciones del público.

Revolución fue respuesta a la desigualdad

Vladimir Torres, director del Servicio Nacional del Empleo en BCS y orador oficial del evento, recordó cómo la Revolución Mexicana fue la respuesta a la desigualdad y la explotación.

"El campesino vivía como un siervo feudal, el obrero fue reprimido brutalmente en Cananea y Río Blanco, no tenían nada que perder", expresó, en alusión a la pobreza extrema y la falta de justicia que empujaron al pueblo a las armas.

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Torres señaló que hoy, afortunadamente, los cambios se exigen en las urnas y no en el campo de batalla, destacando la importancia de mantener vivo el legado de la revolución a través de la participación ciudadana.

Por su parte, el gobernador compartió sus pensamientos sobre la relevancia de este aniversario revolucionario.

Recordó la obra “La revolución interrumpida”, escrita por Adolfo Gilly, historiador mexicoargentino de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como un análisis del movimiento revolucionario que él mismo mencionó con respeto.

Habló de la continuidad necesaria para consolidar los cambios de la Cuarta Transformación y aplaudió el papel de la presidenta Claudia Sheinbaum en el contexto de la reciente cumbre del G20, resaltando el orgullo de tener una representante que eleva la dignidad de la historia nacional.

“El 20 de noviembre, imagínate, para los que creemos que sí podemos transformar la nación, que sí podemos construir un mundo donde quepan todos los mundos, es un día para reafirmar ese compromiso,” declaró el gobernador.

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“Sigamos manteniendo el legado de nuestra revolución. Se ha llegado la hora de seguir avanzando; así, paso a pasito, construiremos una gran comunidad donde nadie se quede afuera y donde nadie se quede atrás,” culminó Vladimir Torres, cerrando su discurso con un llamado a la unidad y a la acción.

El desfile del 20 de noviembre fue una exhibición militar y civil, pero también un recordatorio de las luchas del pasado y un llamado a construir el futuro con la misma determinación que mostraron aquellos que se levantaron en armas hace más de un siglo.