La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Una caída de entre un 70 y un 80 por ciento en la llegada de visitantes estiman los prestadores de servicios de los complejos lagunares Ojo de Liebre y San Ignacio, los dos sitios más importantes para el avistamiento de ballena gris a donde llegan cada año más de 3 mil cetáceos para aparearse y dar a sus crías.
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Aunque desde hace meses se registraba un buen nivel en el número de reservaciones, el avance de la pandemia de Covid-19 y el temor a un contagio, aunado a las restricciones locales, nacionales e internacionales, está generando una importante cancelación de viajes, particularmente de extranjeros quienes derivado de la obligatoriedad impuesta por el gobierno de Estados Unidos de exigir una prueba PCR de Covid-19 para el regreso, temen salir de país.
Derivado de lo anterior, en Laguna Ojo de Liebre, los prestadores de servicios iniciaron los viajes de avistamiento este lunes 18 de enero, cuando tradicionalmente comienzan en la última semana de diciembre.
En Laguna San Ignacio, en donde llevan varias semanas trabajo, escasean los turistas y los pocos que llegan son de origen nacional, buena parte de éstos, residentes de la península de Baja California que en su ruta de viaje aprovechan para llegar a este santuario ballenero, con una estancia de apenas unas horas o a lo máximo un día.
La única esperanza para las empresas que se dedican a esta actividad es que el semáforo epidemiológico retorne a niveles menos restrictivos y con ello se disminuya el temor a un contagio de Covid-19.
Paradójicamente, los sitios de avistamiento se pueden disfrutar en esta temporada mejor que nunca; la escasa afluencia de personas hace más atractivo el viaje, no hay filas para adquirir boletos ni para subir a las lanchas y la atención es más personalizada y con todas las medidas sanitarias para evitar contagios; eso, sin dejar de mencionar que se ubican en un Area Natural Protegida de gran belleza, con sitios apenas tocados por la mano del hombre.
De acuerdo a la experiencia de los lugareños, durante el mes de enero son pocas las ballenas que ingresan a las lagunas, aunque siendo también una época de poca afluencia, se ofrece la garantía al cliente de que disfrutará de ver a los cetáceos, muchos de éstos amigables debido a que se trata de hembras mayores que tienen muchos años llegando al sitio y han aprendido a interactuar con las personas hasta el grado que se pueden tocar.
Ubicadas en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno en el municipio de Mulegé, las Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre los son sitios de mayor agregación de ballenas grises, con hasta 400 en el primero caso y 2 mil 800 en el segundo.