La Paz, Baja California Sur. La ansiedad, depresión y consumo de sustancias psicoactivas son los principales trastornos de salud mental en Baja California Sur. El coordinador estatal de Salud Mental de la Secretaría de Salud, Juan Pablo Peña, dijo que en la actualidad el comportamiento adictivo y el consumo de sustancias, está clasificado como un trastorno de salud mental.
De hecho, dijo, hay pacientes que tienen un trastorno dual, es decir, son consumidores de sustancias psicoactivas y al mismo tiempo padecen de ansiedad, depresión u otro trastorno de salud mental.
Al abundar sobre la demanda de servicios en las nueve unidades de la Coordinación que dirige, precisó que “los trastornos de ansiedad ocupan el primer lugar, seguidos de la depresión y el consumo de sustancias psicoactivas, aunque en los centros comunitarios de salud mental que son parte de la Coordinación, el consumo de drogas es primero”.
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Aclaró que a las unidades también acuden muchas personas que no tienen precisamente un trastorno, pero sí pasan por circunstancias que influyen en su estado de salud.
Después, mencionó, están las situaciones de estrés, los trastornos de la conducta infantil y de la adolescencia, el comportamiento suicida y las lesiones.
Para corroborar lo anterior, el psicólogo informó que en 2023, 137 pacientes solicitaron atención primaria en las unidades por trastorno de ansiedad, 125 por depresión y 270 por consumo de sustancias, siendo la metanfetamina la droga de mayor impacto.
Respecto a las circunstancias que influyen en el estado de salud se atendieron 722 casos, entre ellos, familiares o personas cercanas a usuarios de drogas que no quieren recibir atención, es decir, son gente que termina buscando el apoyo para ellos porque presentan un cuadro de inestabilidad emocional.
Ahora bien, estos números son de las personas que acuden a los servicios de la Coordinación, es decir, una muestra, por lo que los números reales de personas con trastornos de salud mental realmente se desconocen, aceptó el profesional.
En ese sentido, dijo que se está haciendo una encuesta este año sobre estos temas, lo que les va a permitir tener un panorama mucho mayor sobre los trastornos de salud mental en la población abierta, porque es una encuesta que se aplica en los hogares. Y es que por ejemplo, en el caso del consumo de sustancias son pocas las personas que se atienden.
Aclaró que de acuerdo con la Ley General de Salud, la Coordinación no puede salir a atender a las personas con trastornos de salud mental y uso de sustancias sin su consentimiento y el de sus familiares.
Expresó que “aun cuando existen las unidades de la Coordinación listas para atender a los pacientes con comportamiento adictivo, que abusan o son dependientes de sustancias, es muy complejo que pidan ayuda porque tienen características hedonistas, esto es, que estos trastornos a pesar de que generan múltiples consecuencias negativas también generan placer, y las personas tardan en reconocer 10, 15 o hasta 20 años que tienen un problema”.
Señaló que el consumo de metanfetamina es la droga que tiene mayor demanda de atención en sus unidades, no porque sea la de mayor consumo, porque el alcohol y el tabaco están por arriba, pero al ser drogas legales estas últimas tienen mucha aceptación. De hecho el alcohol es utilizado de forma degustativa, por lo que quien desarrolla un consumo problemático muchas veces tarda en reconocerlo, porque recurrentemente está justificando su ingesta.
Precisó que por consumo de alcohol no son más de 40 las personas que se acercan a pedir atención en las unidades de la Coordinación al año, lo que contrasta con todas aquellas que se acercan a los centros de AA posiblemente por la comodidad que representan los horarios que manejan y su estatus voluntario; y a los Centros de Rehabilitación, aunque en este último caso manejan el internamiento al filo de la navaja, ya que muchos no están regulados y no cumplen a cabalidad con las normas.
Sobre las características de los principales trastornos de salud mental, explicó que la ansiedad es una respuesta general de adaptación y es normal, de manera que si alguien va a hacer un examen es normal que se ponga un poco ansioso y eso le va a ayudar a preparar su tema, a estar alerta y mantenerse despierto y posiblemente no le de hambre, pero al día siguiente del examen esa situación desaparece.
“El problema es cuando los síntomas comienzan a ser persistentes, no tienen un motivo aparente. De pronto la persona se siente inquieta, con nerviosismo, le sudan las manos, presenta taquicardia, pero sin alguna situación amenazante, entonces estoy frente a un trastorno de ansiedad”, expuso.
Mencionó que a veces las personas confunden estos signos con otros padecimientos o manifestaciones clínicas, por lo que llegan a las áreas de urgencias pidiendo ayuda por un ataque de pánico, de un posible paro cardiaco y lo que tienen es ansiedad.
En cuanto a la depresión, dijo que si alguien sufre una pérdida es normal que sienta tristeza y ganas de llorar, de no querer salir, de aislarse, que tenga poco apetito y no pueda dormir, pero conforme pasan los días la persona se adapta y supera esa pérdida, es decir, seguirá el dolor al recordar, pero seguirá con su vida, se ajusta a las circunstancias, regresa al trabajo y vuelve a socializar.
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El problema aquí, es cuando la tristeza se intensifica y la persona comienza a perder el interés en actividades que antes le generaban placer, cuando pierde motivación, responsabilidad y el interés por el cuidado personal. Hay signos de fatiga sin haber hecho algún esfuerzo físico y todo esto persiste por más de dos semanas. En este caso estamos hablando de un caso de depresión.