La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- La profesora Silvia Margarita Avilés Gómez, quien fue ampliamente conocida por la sociedad sudcaliforniana, dejó de existir en esta ciudad capital a la edad de 78 años y con su deceso, se pierde una de las piezas fundamentales en la historia de la educación local, ya que a lo largo de su existencia, ella fue maestra de decenas de generaciones entre las que se encuentran importantes personajes de la política.
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La profe Silvia, como se le conocía popularmente, estudió en la Benemérita Escuela Normal Urbana “Domingo Carballo Félix” de esta ciudad y al graduarse como profesora, viajó a Chihuahua donde inició oficialmente su carrera como educadora.
Sus estudios los cursó en la generación 1958-1961, hija de Silvia Gómez Monteverde quien fue enfermera en el Hospital Juan María de Salvatierra y Fernando Avilés Reza, quien era pagador en la Junta Local de Caminos, radicó y trabajó también en Santa Rosalía, donde fundó el jardín de niños Manuel Quiroz y posteriormente vivió en Ciudad Constitución, donde también fue fundadora de la escuela preescolar Grecia.
Entre sus alumnos destaca el ex gobernador Guillermo Mercado Romero, además de haber prestado sus servicios en los Jardines de Niños, Cristóbal Colón, Federico Flores y Federico Russo, donde obtuvo su jubilación en el año de 1986, para dedicarse a realizar labores sociales.
La profesora dejó de existir por padecimientos hepáticos, los cuales tuvieron el desenlace antes referido, además de sufrir problemas en un riñón y un pulmón, lo que la tuvo en una situación muy delicada, la cual lamentablemente no pudo superar.
Cabe mencionar que su activismo fue notorio entre la sociedad, la clase política y también los medios de comunicación, participó en varias ocasiones para obtener la medalla “María Dionisia Villarino Espinoza”, galardón que entrega el Congreso del Estado y en el año 2013, fue postulada por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Sección 3.
En el documento oficial emitido para esa ocasión, se menciona su carrera normalista como educadora, el haber recibido la presea dorada Rosaura Zapata Cano por 30 años de servicio a la educación.
Así como haber contribuido en la introducción de servicios de agua potable y drenaje en varias colonias de esta ciudad, así como en rancherías y comunidades cercanas al municipio, además de ser gestora de techos para casas en rancherías, así como despensas, sillas de ruedas, medicina y ropa para la gente necesitada.