La Paz, Baja California Sur (OEM - Informex).- El dirigente de la Federación de Cooperativas Zona Centro y Presidente del Consejo de Vigilancia de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (CONMECOOP) José Flores, advirtió que los pescadores no van a permitir que se prohíba el aprovechamiento de la aleta de tiburón, un producto que representa importantes ingresos para las familias ribereñas de Baja California Sur y de varias entidades.
Lo anterior, derivado del foro al que está convocando el Senado de la República respecto al aleteo del tiburón, como parte de una Reforma a la Ley de Pesca y Acuacultura Sustentable que se encuentra en la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de la cámara alta, foro que se desarrollará de manera virtual vía redes sociales a las 17 horas del próximo 28 de julio.
José Flores aclaro que la práctica del aleteo en donde sólo se aprovechaba esta parte del animal se desechaba el resto ya no existe dese hace años, y que la carne de tiburón seca se ha posicionado entre los consumidores nacionales, sobre todo en la temporada de diciembre cuando se vende como tipo bacalao.
Destacó que la captura de tiburón está sumamente regulada y ordenada, aprovechando sólo especies permitidas y respetando las vedas, es de una gran tradición entre los pescadores de Baja California Sur, desde Santa Rosalía hasta Los Cabos y también en el litoral del Pacífico.
Si lo que esta reforma pretende es prohibir aprovechamiento de la aleta de tiburón no lo vamos a permitir dijo José Flores; el aleteo como tal no existe desde hace años, dijo, al tiempo que recordó que a nivel internacional el mercado de este producto se encuentra sumamente limitado, de tal manera que se ha desplomado el consumo y ha dejado de ser de interés para los acopiadores.
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La temporada de captura inicia el 1 de agosto y termina el 1 de mayo, con 150esfuerzos en el estado, de los cuales 100 son permisionarios y 50 cooperativistas que en promedio sacan entre 2 y 3 toneladas por cada unidad productiva.
Es una pesquería artesanal, con cuotas establecidas y múltiples restricciones para proteger a algunas especies como el blanco y el peregrino, en los últimos años la actividad se ha visto amenazada por grupos ambientalistas que acusan a los pescadores de aprovechar solo la aleta y desechar la carne.
Esta pesquería tiene un gran arraigo en Los Frailes, Punta Arena, El Sargento y Agua Amarga, así como en San Carlos, Puerto Chale y López Mateos, San Nicolás, San Bruno y Santa María en Mulegé, lo mismo que en comunidades de la zona Pacífico Norte, con más de mil 500 pescadores, que se han dedicado desde hace más de 70 años a esta actividad.