La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- En un recorrido marítimo realizado en Cabo del Este por elementos de la Secretaría de Marina, de la Comisión Nacional de Pesca y del Fondo para la Protección de los Recursos Marinos (FONMAR) y en atención a una denuncia anónima, los oficiales retuvieron 8 trampas de metal con peces en el interior, mismos que fueron devueltos al mar luego de que se confirmara que estas artes de pesca eran propiedad de pescadores que no contaban con el permisos correspondiente.
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El operativo de vigilancia fue a bordo de una embarcación de la SEMAR y cubrió 180 millas desde Cabo San Lucas hasta la Ribera; inició a las 9 de la mañana y concluyó a las 7 de la tarde, verificando a 8 lanchas y sin que se haya detenido a ningún pescador furtivo.
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El Director del FONMAR Luis García, informó que este tipo de operativos se realizan de manera coordinada entre autoridades y pescadores de la región, aunque en algunas ocasiones no se logran los resultados deseados.
Citó el reciente caso de Bahía Magdalena en donde un operativo fracasó luego de que un grupo de pescadores en 7 lanchas acudieron a rescatar a una embarcación que estaba siendo asegurada por elementos de la Secretaria de Marina luego de que se le sorprendiera sacando producto en veda; explicó que en ese caso la autoridad decidió retirarse para no provocar un enfrentamiento.
Informó que durante lo que lleva la pandemia de Covid-19 ha aumentado la pesca furtiva, y aunque aceptó que hay necesidad de ingresos entre la población de las comunidades ribereñas, este aumento es más atribuible a la desaparición de los programas federales para inspección y vigilancia.
Recordó que la pesca fue considerada como actividad esencial desde el inicio de la emergencia sanitaria, y aunque los volúmenes de captura bajaron considerablemente y los precios se desplomaron, la mayoría de las cooperativas siguieron operando; puntualizó que en los últimos meses se ha detectado a pescadores furtivos que al no encontrar un empleo se van al mar a sacar todo tipo de productos, sin contar con los permisos y en algunos casos de pesquerías que están en veda.
Luis García destacó que en un estado con más de 2 mil kilómetros de litorales resulta difícil mantener una vigilancia permanente, menos si se considera que no hay inspectores suficientes de parte de la CONAPESCA y que las cooperativas que hacen inspección por su cuenta enfrentan una difícil situación económica.