La Paz, Baja California Sur.- A solo unos días de terminada la temporada de avistamiento de ballena gris, pescadores de la zona Pacífico norte han contabilizado en los últimos tres meses 7 ejemplares varados en la zona de la playa Malarrimo, algunos recientes que aún están en proceso de descomposición y otros de los que solo queda el esqueleto, una vez que gaviotas y coyotes han comido su grasa y su carne.
CÍCLICO
No es la primera ocasión que se registra este fenómeno; esta playa se ubica al final de la corriente marina conocida como Kuroshio, que viene desde las costas japonesas, y en su paso por el océano Pacífico arrastra todo tipo de desechos, encontrándose desde maderas hasta animales muertos en el mar y materiales plásticos, e incluso partes de barcos y aviones, o de utensilios usados en la segunda guerra mundial.
Durante el tsunami de Japón de marzo del 2011, desde kilómetros de distancia se apreciaban los montones de basura, especialmente de maderas y materiales de construcción.
En los años sesenta y setenta, campesinos y pescadores de la región acudían con frecuencia a esta playa para surtirse de maderas y construir sus viviendas.
Malarrimo se ubica a pocos kilómetros de la boca de la Laguna Ojo de Liebre en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno muy cerca del paso obligado de más de 2 mil ballenas en su ruta hacia ese santuario; no hay camino de acceso al sitio por lo que solo se puede llegar por mar o en su caso vía terrestre pero con un carro doble tracción.