Iglesia católica pide acabar con indiferencia y apatía ante inseguridad

Por falta de acciones del gobierno para frenar la violencia, deciden orar por la paz

Adriana Márquez | El Sudcaliforniano

  · domingo 10 de julio de 2022

Buscan que se atienda el problema de inseguridad desde raíz. Foto: Alberto Cota | El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Ante la convocatoria enviada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, para vivir una Jornada de Oración por la Paz, celebraciones dominicales de la Diócesis de La Paz se unieron a la petición nacional para pedir por la paz ante el aumento de violencia que se vive en México.

Desde hace algunas semanas el obispo Miguel Ángel Alba Díaz, no había celebrado misas por motivos de salud, este domingo y por única ocasión decidió acudir y presidir una misa especial para enviar un mensaje a sudcalifornianos para tratar de despertar conciencia ante el derramamiento de sangre que se ve en el país por la inseguridad.

“Gente que muere sin deberla ni temerla, como daños colaterales, esa violencia también incruenta que se da cuando las personas sufren, cuando son extorsionadas, cuando son chantajeadas, cuando se les cobra piso, cuando de tantas maneras se les hace sufrir. Ante esta situación la iglesia en México a través de los obispos ha querido levantar su voz y pedirnos unirnos en una jornada de oración”.

“El asesinato de un seglar y dos sacerdotes jesuitas en la Sierra Tarahumara fue el elemento que desencadenó este deseo de mover a nuestro cuerpo, de motivarlos, de decirles hermanos y hermanas, no podemos cruzarnos de brazos, hay que hacer algo. Primero los Jesuitas, después los obispos. Hablamos con quienes teníamos que hablar, con quienes tienen autoridad, la obligación, el deber y la responsabilidad de velar por la seguridad de nuestro país, sin embargo, ellos no ven nuestro país salpicado de sangre”.

“Nos dicen que todo va bien. Tienen ojos y no ven, ellos no escuchan a nadie, encerrados en sus mentes, en sus planes, en sus ideas, en sus propios proyectos. Porque así muchas personas tienen oídos y no oyen, tiene boca y no dialogan. Su boca sólo sirve para insultar, para difamar, para calumniar, para ofender, tienen pies, pero no se mueven, tienen manos, pero no actúan”.

Destacó que, ante esa apatía e indiferencia, la iglesia se ha decidido orar a Dios, buscando la manera de unir al pueblo cristiano para que entre todas y todos levanten sus plegarias para remover corazones.

Recordó como en más de una ocasión representantes de la iglesia cristiana ya han levantado la voz, exponiendo los problemas que aquejan al pueblo de México, nunca se han callado ante la inseguridad que ellos perciben, pero hoy el país se encuentra abandonado por representantes que no escuchan y es necesario que se voltee a ver a la sociedad.

“Inseguridad en las carreteras y caminos de nuestra patria, inseguridad en las montañas y en los valles, inseguridad en las en las ciudades y en los pueblos, inseguridad en los negocios extorsionados y a quienes se les cobra piso, inseguridad en tantas partes. Nos sentimos controlados, controlados por una banda de delincuentes, como aquel hombre que transitaba tranquilo de regreso a su hogar. No sólo robados, no sólo asaltados golpeados; traumados, asustados, heridos, medios muertos. Víctimas de tantas bandas criminales que operan impunemente en nuestro país y a quienes se les permite operar”.

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“Esta misa no sólo quiere ser una interpelación a Dios sino también un apelar a ustedes cristianos, a ustedes católicos, a ustedes gente comprometida con la iglesia. No podemos ser insensibles, no podemos levantarnos de hombros sin hacer nada. Levantaron a uno aquí y levantaron una búsqueda, encontraron una fosa clandestina en San José, en Comondú y no hacemos nada, tenemos nombre, gente que nos ama, gente que nos extraña, no podemos pasar insensibles por el camino contentándonos sin hacer nada”.

A partir de este dominio y hasta finales de julio, la Diócesis de La Paz celebrará en todas sus parroquias y decanatos una jornada de oración por la paz. Este domingo 10 se oró por los sacerdotes, religiosos y religiosas, agentes de pastoral y líderes cristianos asesinados en México. A lo largo del mes organizaran otras celebraciones y actividades por todas las víctimas de muerte en México.

Religiosos han dado a conocer que apuestan por el diálogo para construir un camino de justicia y reconciliación que lleve a México a la paz, asegurando querer abrir horizontes de diálogo para construir la paz debido a que se está frente a un problema complejo que necesita de todas y todos para atenderlo de raíz. Durante todo este mes se continuará accionando desde la religión para hacer ver la problemática que se vive de inseguridad en el país.