La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Cientos de pescadores de Bahía Magdalena que se dedican a la extracción de almeja Catarina enfrentan una situación de incertidumbre con el riesgo de que la pesquería se frustre, debido a que los compradores están ofreciendo pagar a 85 pesos el kilo contra los 100 de años anteriores.
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El líder pesquero Humberto Arias informó que la caída de los precios no solo afecta al callo de almeja sino también a otras pesquerías como la almeja generosa que en años anteriores se llegó a pagar hasta en 300 pesos la pieza y en esta temporada apenas ronda los 100; lo mismo sucedió con el camarón, que se paga en playa a 180 pesos el kilo un precio más bajo que de la temporada anterior cuando llegó hasta 240.
Aclaro que en todos los casos se trata de efectos de la pandemia de Covid-19, de una caída en el consumo en los principales mercados, situación que se complica más en este año con la entrada de callo procedente de China y de Sudamérica.
Humberto Arias dejó en claro que aun y con esta incertidumbre, las negociaciones con los compradores no se han roto al tiempo que confió en que durante los próximos días se concrete algún acuerdo,
Indicó que en Bahía Magdalena hay 380 esfuerzos con permiso para captura de almeja Catarina aunque en la actualidad algunas están trabajando otras pesquerías de tal manera que no todos iniciarían la temporada.
Recordó que la Secretaría de Pesca autorizó el inicio de la captura durante un periodo de 20 días a partir del 22 de octubre.
La captura de almeja catarina es una de las más importantes del estado; en años anteriores se han logrado aprovechar más de 1100 toneladas de callo, un producto que se exportan a Estados Unidos y también se envía al mercado local y nacional, generando un gran una gran derrama económica en todo el municipio de Comondú, con miles de fuentes de trabajo y una gran dinamismo en la economía, debido a que se ocupan buzos, matadores, empacadores, transportistas, hielo y otros insumos.
Debido a que por cada 400 kilos de callo se desechan 600 de almeja y vísceras, los pescadores deben aplicar grandes inversiones en el traslado y confinamiento de estos desechos, en un relleno sanitario cuya operación está supervisada por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS).
