La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Concluyó la cosecha de higo blanco en el Valle de Vizcaíno, con una producción superior a la del año anterior, con más de 200 toneladas y un precio promedio de 140 pesos el kilo en seco, 20 pesos más que en el 2020.
El último corte fue el pasado fin de semana, con fruto que resultó con algunos daños causados por las recientes lluvias y las brisas provenientes del pacífico que por estas fechas comienzan a ingresar a esa zona agrícola del norte del municipio de Mulegé, en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno, humedad que afecta la maduración.
Tanto en labores de cultivo como en la recolección, las más de 130 hectáreas establecidas en la región generan miles de jornales para las familias de campesinos, además del trabajo de los jornaleros que se requiere durante la cosecha, y es una de las principales fuentes de ingresos de la comunidad.
Tal y como sucede desde hace al menos una década, las parcelas más antiguas cuya edad alcanza los 50 años presentaron una sensible baja en producción y calidad, a diferencia de las parcelas de menos de 10 años, en donde se levantaron hasta 15 toneladas por hectárea en fresco, que una vez deshidratado al sol se convierten en 5.
Prácticamente la totalidad del producto se exporta a China y en menor medida al mercado nacional enviado a los centros de distribución y consumo de la Ciudad de México y Guadalajara en donde se consume durante las fiestas navideñas.
Se trata de un cultivo único en el país que aun y cuando resiste altas temperaturas y se adapta a suelos arenosos, también ha sido afectado por las temperaturas extremas que se registran en el norte del estado; en el 2019, su rendimiento y desarrollo se vio seriamente diezmado por una ola de calor que duró más de 30 días, algunos días, con el termómetro marcando hasta 50 grados centígrados.
En el 2019, la pandemia de Covid-19 también tuvo efectos sobre el mercado, debido a la caída en el consumo que ocasionó la emergencia sanitaria en China, país al que se destina casi la totalidad del fruto.
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Antes de su comercialización, el higo se pone a secar al sol en charolas de madera en donde permanece durante varios días, y previamente se somete a una esterilización en cámaras con azufre.
Según datos de los productores, por cada tres kilos en fresco se obtiene uno en seco, de tal manera que para este año la producción fue de poco más de 600 toneladas de higo fresco y de 200 en seco, una cosecha que representa apenas un poco más del 50 por ciento de años anteriores, cuando se recolectaban más de mil toneladas.