La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- La ciudadanía paceña como mucha ciudadanía en todo el mundo se están cansando de tener que seguir acatando las medidas obligadas ante las decisiones de las autoridades. El 65% de la población quiere regresar a una vida normal, donde ellos toman la decisión de acudir a una playa, sin necesidad de tener que salir muy temprano para alcanzar el aforo, ir de compras al super con toda la familia, asistir al cine si así lo deseas, hacer una pequeña reunión en tu casa, llevar a los hijos a la escuela, y cosas habituales que antes hacíamos con toda libertad.
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Muchos entendemos las normas de manera consciente, y sabemos que lo más importante es salvaguardar la vida humana y la salud, sin embargo, ya son casi ocho meses, y el pueblo paceño está perdiendo la paciencia, tienen ganas de salir e incluso hacer sus rutinas que antes eran normales en su vida diaria.
A casi ocho meses de la pandemia por Covid-19, mucha de la ciudadanía paceña que antes se encontraba resguardada o confinada en sus hogares, ahora tienen la necesidad de salir y trabajar bajo la nueva normalidad, realizando actividades cotidianas conforme al semáforo y las restricciones de las autoridades.
Sin embargo, mucha de esta ciudadanía ha manifestado inconformidad ante muchas decisiones que restringen accesos a: restaurantes, comercios, playas, espacios públicos y demás lugares como bares o antros. Así mismo, los protocolos para poder acudir a un centro comercial, o lugares donde compran sus alimentos y víveres, tienen protocolos muy definidos pero que en ocasiones no sirven de mucho: debido a que el gel antibacterial se terminó, los tapetes sanitizantes están secos, o el control de temperatura no sirve.
Sabemos que nuestra capacidad de adaptación como seres humanos es casi infinita, sin embargo, lo que en un inicio se pensaba duraría unos cuantos meses, se ha convertido en una verdadera pesadilla. La falta de escuela de los pequeños, los niños y jóvenes, pareciera no tener fin, muchas madres se sienten frustradas al tener que hacer todas las actividades en un mismo espacio, su casa: Trabajar desde casa, realizar las labores domésticas, inventarse un espacio para las tareas y clases en línea de los hijos, y tener que permanecer en casa la mayor parte del tiempo.
Este proceso ha sido muy difícil para el pueblo paceño, y algunos de estos ya se están cansando de esperar, de tener que obedecer y hasta casi pedir permiso por hacer alguna actividad diferente solo para salir de esta rutina “aburrida” todo el tiempo en casa.
La ciudadanía que tiene que salir de su hogar para realizar alguna actividad, siente que cada día se esta exponiendo a poner en peligro la vida de su familia, pero los que están en sus casas sienten la necesidad de salir, ante tanto encierro.
Estos nuevos procesos de relacionarnos con los demás también se han modificado radicalmente. Algunos aseguran que están siendo sobre informados con noticias de todo tipo y otros han preferido mejor evadir tanta información para no sentirse tan vulnerables y entrar en pánico.
También aseguran que lo que en un principio podía significar tener un ahorro al tener que estar en casa, ha sido todo lo contrario, han gastado demás, y este dinero no les es suficiente para cubrir todas sus necesidades de la familia.(