La Paz, Baja California Sur.- La Colonia Rinconada, en la ciudad de La Paz, que colinda con la Colonia Vista Hermosa y Ampliación Lázaro Cárdenas, se distingue de otras, como un asentamiento lleno de vida, esfuerzo, cultura, gastronomía y gente muy singular, pues es producto de una intensa migración de oaxaqueños y guerrerenses, que llegaron con sueños y con aspiraciones de tener una mejor calidad de vida.
Esta migración tuvo su auge en 1997 y hasta 2003, tiempo en el cual Oaxaca y Guerrero vieron la partida de cientos de familias que veían en La Paz y en Estados Unidos una oportunidad, debido a la desesperación e impotencia que les producía la pobreza de su lugar de origen, ya que el trabajo que suelen desempeñar allá es en el campo, el cual les genera muy pocas ganancias, y las oportunidades educativas y profesionales para los niños son muy pocas, pues también son incorporados a trabajos del campo, apenas terminan la primaria, mientras que las niñas se casan a muy pronta edad.
LA PAZ FUE EL DESTINO
Quienes decidieron viajar a La Paz, empezaron a asentarse en el espacio donde ahora es la Colonia Rinconada, y con su llegada, provocaron un choque cultural, pues trajeron con ellos, principalmente su gastronomía, que se refleja en ricos y variados platillos, además de su característica forma de festejar con constantes y grandes fiestas.
En la colonia también hubo algunos sudcalifornianos que fundaron la colonia, que poco a poco se han incorporado a la cultura oaxaqueña y guerrerense, participando y hasta disfrutando de las fiestas tradicionales, las cuales ya se han vuelto en fechas ansiadas por muchos.
Algunos de los festejos que se acentúan o se introdujeron en la colonia, fue la fiesta patronal de la Virgen de Juquila, que es la virgen de los oaxaqueños, y se celebra en grande a partir del 7 de diciembre; el Día de muertos; las tradicionales posadas, etc., que llenan de bailes, panes, comida, toritos, las calles y las capillas.
Pero sobre todo, lo que han aportado, ha sido muchísimo trabajo, pues entre ellos ocupan empleos como limpieza de casa, albañilería, o sus propios negocios de venta de comida, que desempeñan con mucha dedicación y entrega.
A pesar de que la migración tuvo su auge, mencionan que no ha parado, y actualmente siguen llegando oriundos de otros estados a empezar una nueva vida en la ciudad, algunos vienen solos o con familia, pero encuentran en Colonia Rinconada, un lugar acogedor que los hace sentirse como en casa: un pedazo de Oaxaca y de Guerrero en La Paz.