La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- “Les pido que en primer lugar, cuiden su salud y la salud de los demás siguiendo con seriedad y tranquilidad las medidas que nos indican las autoridades sanitarias”, expresó el obispo de La Paz Miguel Ángel Alba Díaz, en un mensaje dirigido al pueblo sudcaliforniano en este Jueves Santo.
En este este día Jesús nos dijo “Este es mi mandamiento, que se amen unos a otros como yo los he amado” y nos enseñó que el amor se vive con hechos, compartiendo nuestro pan y nuestros bienes con los demás y sirviendo con generosidad y humildad a los hermanos, como Él lo hizo al lavar los pies de sus apóstoles y al partir el pan para ellos”.
Pidió a los sudcalifornianos a que cuiden, sobre todo, su salud espiritual y que no olviden la lectura y reflexión sobre los santos evangelios, el rezo del rosario, seguir la misa diaria a través de las redes, el viacrucis y muchas otras devociones propias del pueblo.
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Apuntó que ante la contingencia que se vive por el virus del Covid-19 comparte la preocupación que pueden tener cientos de sudcalifornianos por las repercusiones que esta traerá en lo familiar, social, económico y político, pero sobre todo en la vida espiritual, por lo que a través de este mensaje deseo salud, gracia y paz de parte de Jesucristo el Señor, que se quedó con nosotros para siempre y en la Eucaristía continúa realizando su misión a través de los sacerdotes.
En esta Semana Santa la gente no podrá visitar a Jesús en los templos, pero Jesús visitara de muchas maneras las casas y hospitales para atender a los enfermos y personas en duelo o soledad. Al cuidar y atender a los más vulnerables de la familia y barrio, al consolar a los que están tristes, al dar aliento a los que están angustiados o deprimidos, al soportarnos uno a otros, al perdonar mutuamente, al cumplir las obligaciones cotidianas, se hace presente a Dios.
Cabe resaltar que el Jueves Santo en cada iglesia se lleva a cabo la misa de la Cena del Señor, en donde el párroco realiza el rito de lavado de pies, en el cual se recuerda el momento en que Jesús durante la última cena se levanta y lava los pies de sus apósteles, sin embargo, y debido al aislamiento social, hoy los templos permanecerán solos sin fieles creyentes, realizándose esta actividad solo los sacerdotes y personal necesario de los templos.
De igual manera, en su mensaje el obispo dijo que al ofrecer nuestras enfermedades, dolencias, preocupaciones, angustias, al sacrificarnos por los demás, nos unimos a la pasión de Jesucristo.
“Al tolerar lo que parece intolerable, al perdonar de corazón lo que parece imperdonable, al mantener siempre y, a pesar de todo la sonrisa, al hacer más sana, fraterna y alegre la convivencia con quien nos rodea hacemos el trabajo de Dios”, expresó.
De igual manera manifestó que la cuaresma y la Semana Santa invita a que se acerquen a Dios, pero muchas veces después de pascua se baja la guardia, por lo que pidió que a los creyentes a que no la bajen, que sean creativos y sigan instruyéndose en el Evangelio y manteniéndose en oración, que consuele la tristeza, que nutra la esperanza y consolide el amor familiar y fraterno.
“Existe el temor fundado y muchas veces convertido en realidad, de que el confinamiento y convivencia forzosa en los hogares, la angustia por el posible contagio o la negación obcecada del mismo y el estrés ante la crisis económica que se nos ha dejado venir, provoquen mayor violencia intrafamiliar. Este es un peligro grave que debemos preveer y tratar de evitar”, refirió.
Pidió que en los hogares no haya gritos, ni insultos, ni faltas de respeto, que se eviten la forma de violencia verbal, emocional, y sobre todo física, ya que la violencia entre las parejas puede afectar mucho a los hijos.
En este día en el que Cristo instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio, realidades inseparables, el obispo Miguel Ángel suplicó que velen por las necesidades materiales de sus sacerdotes. Los templos cerrados implican no colectas, no alcancías, no sacramentos y ellos, además de cuidar porque no les falte nada a sus trabajadores, sacristanes, secretarias cocineras, etc, aunque en estos días de pandemia no laboren, también sufren penurias respecto a sus propias necesidades.
“Sabemos que vendrán días peores en materia económica, que sufrirán los que trabajan en sectores informales, los que viven de sus pequeños negocios, peluquerías, estéticas, taquerías y otros establecimientos semejantes, difíciles de enumerar. También habrá mucho desempleo, por eso les pido crear en cada parroquia y rectoría un centro de acopio de bienes para ayudar a las familias y personas más vulnerables, cuando la crisis se agudice”, resaltó.
Asimismo pidió a los jóvenes a que pregunten a sus familiares, vecinos y conocidos vulnerables por su edad o enfermedades crónicas si en algo les pueden ayudar, para ir a surtir sus despensas y recetas, si necesitan ayuda para sanitizar sus casas, para apoyar con la limpieza, en fin, tantas necesidades que puedan ellos tener.