La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Cada vez que pensamos en la Noche Buena evocamos una época del año en la que las familias se reúnen para conmemorar el nacimiento de Dios y esto lo hacen con sus seres queridos y personas cercanas, en donde comparten una cena donde se elaboran platillos tradicionales y es aquí, en este ambiente de unión, donde el pavo tiene un sitio especial en muchos de los hogares.
En México el guajolote fue una pieza clave en el tema culinario colonial del siglo XVII, convirtiéndose en un símbolo estrechamente relacionado con las tradiciones decembrinas, ya que poder tenerlo en la mesa era un banquete que estaba ligado a la abundancia, sitio que había ganado de tiempo atrás, al ser considerado como un alimento de lujo y riqueza.
A lo largo de los años los habitantes de La Paz han adoptado muchas tradiciones que, de cierta manera, han creado lo que se una identidad regional y entre ellas se encuentra incluir en la cena navideña al pavo, por ello es en muchos encuentros el plato principal o el platillo que no puede faltar.
La celebración en Navidad gira en torno al nacimiento de Jesucristo y al 24 de diciembre se le considera la Noche Buena, que representa el fin de las noches malas, dando así paso al nacimiento de mejores tiempos para la humanidad.
Esta cena es un acontecimiento especial para muchos y en lo que se refiere a los hogares paceños que gustan de consumir pavo, la tradición se remonta a varias décadas atrás con las recetas que sobre todo trasmitieron las abuelas, siendo considerado como una tradición familiar que se integra al intercambio de regalos y a la llegada sobre todo de Santa Claus.
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Es por esta tradición que la demanda de pavos tiene en promedio un incremento del 35% durante el mes de diciembre, cabe referir que muchas familias sólo lo compran o los consumen en esta temporada y a lo largo del año, este suele pasar prácticamente inadvertido.