La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Empleados de base de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) llevaron a cabo un paro de labores en protesta por la mala calidad de los uniformes que la dependencia pretende entregar a los brigadistas de incendios forestales, ya que están hechos de un material que se prende con facilidad, lo que pone en riesgo la vida de los trabajadores al momento de combatir un siniestro. Las botas tampoco cumplen con las normas de seguridad.
Se trató de un movimiento nacional al que se unió el personal de la delegación de Baja California Sur en donde hay 7 brigadistas, a los que se les además de pretender uniformarlos con equipos que no cumplen con la normatividad internacional de seguridad, se les han reducido de manera drástica los viáticos y los recursos para combustibles, por lo que no tienen condiciones para llevar a cabo de manera eficiente su trabajo, según denunció el Secretario de Organización del Sindicato de Trabajadores de la Semarnat Josafat Figueroa.
Según declaraciones del líder sindical, el gobierno argumenta que adquirió estos uniformes porque están más baratos y en atención de una supuesta política de austeridad.
Josafat Figueroa señaló que el sindicato no va a permitir el uso de estos uniformes porque su mala calidad pone en riesgo la vida de los trabajadores.
Denunció que aunado a lo anterior, con el cambio de sexenio la delegación de la CONAFOR de Baja California Sur se quedó con apenas 8 empleados de 20 que trabajaban en esa representación federal, personal que resulta insuficiente para cumplir el correcto funcionamiento y operación de los programas.
El paro de labores incluyó la clausura de las puertas del edificio de la delegación, y aunque inicialmente el Comité Nacional informó a sus agremiados sobre la posibilidad de levantar el movimiento a las 10 de la mañana luego de una reunión con las autoridades, a las 11:35 el personal seguía en las afueras del edificio.
La superficie predominantemente desértica de Baja California Sur favorece en verano la propagación de incendios forestales, especialmente en los montes y los oasis donde abunda la vegetación seca. Destacan entre los más catastróficos el año 2013 con 18 mil 740 hectáreas quemadas y el incendio de agosto del 2019 con un mega siniestro en el Palmar de San Ignacio que arrasó con más de 70 hectáreas.