La Paz, B.C.S. (OEM-Informex).- Pescadores de Bahía Magdalena enfrentan una de las peores temporadas de camarón, con pangas que regresan con apenas 7 kilos o menos, y un gasto de gasolina de entre 2 mil y 2 mil 500 pesos por viaje; es tan magra la zafra que de los 400 permisos autorizados se echan al aguan apenas 80 embarcaciones, a las que se les paga el kilo entre 170 y 250 pesos en la playa.
Aunque existe la esperanza de que la captura se mejore en enero y febrero, los pescadores no descartan que para el mes de marzo, cuando inicie la veda, las condiciones sigan igual.
Otra pesquería que tampoco resultó rentable fue la de almeja Catarina, cuya captura tuvo que ser detenida debido al desove y a la falta de talla y peso adecuado en el callo; En este caso, la veda inició el 15 de diciembre y se abrirá hasta el mes de abril.
Almeja Generosa
Humberto Arias, líder pesquero de San Carlos, informó que por el momento las expectativas están fincadas en la almeja generosa cuya captura arrancó el pasado 12 de diciembre y en menos de una semana los resultados han sido alentadores.
Aun así, se espera que las condiciones mejoren una vez que el agua del mar baje de temperatura, ya que esta almeja requiere de aguas frías para su óptimo desarrollo.
Este bivalvo se cotiza en 300 pesos el kilo, que equivale a una almeja, y se va casi en su totalidad al mercado asiático en donde se comercializa viva, lo que implica una serie de gastos para mantenerla en condiciones adecuadas desde su viaje de San Carlos hasta Ensenada vía terrestre, hasta su posterior movilización por aire a China.
Veda
La generosa se dejará de trabajar el próximo 19 de diciembre a fin de mantener saludable el mercado sin llegar saturarlo, y se reiniciará a principios de enero para vedarse el 15 del mismo mes.
Al menos este año esta pesquería será la más importante de Bahía Magdalena, aunque esto no ha sido así todas las zafras; cuando inició en el año 2000, cada almeja se vendía en tan solo 13 pesos.
Humberto Arias confió en que el INAPESCA y la CONAPESCA autoricen la pesca comercial de pepino de mar y callo de árbol (concha nácar), dos pesquerías que abundan en la región y que hasta ahora solo se han explotado como pesca de fomento en beneficio de no más de 8 productores.
