La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- A unas semanas de la reapertura de las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco luego de un año cerradas a causa de la pandemia de Covid-19, inicia la recuperación de una de las actividades que son vitales para la sobrevivencia de las familias de la región.
Y es que los poco más de 100 jefes de familias de las rancherías de esa zona serrana del norte del municipio de Mulegé se ocupan como guías para llevar a los turistas a los sitios arqueológicos, en una temporada que tradicionalmente inicia en el mes de noviembre y termina en abril, con viajes que duran hasta tres días de ida y vuelta a lomo de bestia para llegar a los lugares más alejados.
El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia Humberto Carrillo informó que estos espacios se abrieron al público el pasado 3 de abril una vez que el semáforo epidemiológico lo permitió, implementando una serie de medidas sanitarias para proteger a la población local y a los turistas de posibles contagios de Covid-19, con el uso cubrebocas, la colocación de señalética, la obligatoriedad de mantener la sana distancia y el uso de gel.
El funcionario explicó que en estas semanas de actividad la presencia de visitantes ha sido escasa, con una mayoría de extranjeros especialmente europeos y norteamericanos y en menor medida de origen nacional.
Confirmó que no hay registro de daños en los sitios arqueológicos luego de un año de permanecer cerrados, aunque sí hay algunas afectaciones menores en las veredas que dejaron de ser transitadas.
Por otra parte, informó que este jueves 6 de mayo fue abierto al público el Museo Regional de La Paz, luego de que este municipio avanzó al nivel 3 de la alerta sanitaria.
Aunque hay pocos visitantes, la reapertura de las pinturas rupestres dio un respiro a la crítica situación que atraviesan las comunidades de la región después de más de un año de que no llueve, en una de las más severas sequías de que se tenga memoria, que está diezmando los rebaños de cabras, la actividad preponderante de la zona y que llevó a decenas de familias al borde de la hambruna.
Vecinos de San Francisco consultados por El Sudcaliforniano agradecieron las muestras de solidaridad de actores políticos, gobiernos y ciudadanos en general que enviaron o llevaron alimentos a las comunidades serranas, en donde el aislamiento geográfico y la falta de empleos mantienen en una condición crítica a los habitantes.
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Con todo y lo anterior, las fuentes señalaron que la falta de agua es cada vez más crítica y que al pequeño represo del que se surte el pueblo de San Francisco cada vez tiene menos líquido, de tal modo que a cada familia le toca cada 15 o 20 días; la única esperanza de que les llueva a partir de julio, se recuperen los aguajes y los represas, y brote el monte para que haya alimento para los animales.