Loreto, Baja California Sur.- Expertos en el manejo de víboras y estudios de laboratorio unen esfuerzos con autoridades, grupos de la sociedad civil para el desarrollo de un amplio estudio de las diferentes especies de víboras de cascabel que habitan las islas del Parque Nacional Bahía de Loreto, informó el director del área, oceanólogo Israel Popoca Arellano.
Los investigadores, Gustavo Arnau Franco y Javier García de León, apoyados por estudiantes y personal del parque, llevaron a cabo una intensa jornada por varios días en isla Coronados estudiando los dos tipos de víbora de cascabel que habitan este espacio, con el objetivo de tener un mayor conocimiento sobre sus hábitos, adaptación al cambio climático, salud, desarrollo de antídotos, de la mano con el cuidado protección y preservación del medio ambiente, mediante el establecimiento de acciones basadas en resultados científicos de los estudios de laboratorio llevados a cabo.
TIPOS DE VENENO
El doctor Gustavo Arnau Franco, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, experto en el manejo de víboras, comenta que en esta isla en particular existen dos tipos la Crotalus Ruber y la Crotalus Enyo, esta última de menor tamaño y con un veneno mucho más tóxico, durante este viaje en particular y con la ayuda del doctor Francisco Javier García de León, estamos recopilando muestras de sangre, veneno, contenido estomacal, bacterias intestinales, para determinar el ADN y ARN, de los ejemplares capturados, al igual que su sexo, peso y tamaño, para antes de ser liberados marcarlos, lo que nos permitirá tener un mayor conocimiento de las especies que habitan la isla, para en el futuro tomar decisiones que ayuden a conservar la buena salud del sitio.
Durante esta expedición en isla Coronados de Loreto, pudimos capturar ejemplares de cascabel de ambos tipos los cuales gozan de una buena salud y progresan de ahí la importancia de conocer cuáles son sus hábitos para su conservación, ya que dentro del ecosistema de isla al ser especies tope cumplen una importante función reguladora que impide la proliferación de plagas que acabarían con el sitio como actualmente lo conocemos.
Finalmente ambos investigadores coinciden en mencionar que el trabajo de investigación que se lleva a cabo hoy sentará las bases para el desarrollo de importantes acciones de conservación y preservación del sitio, el desarrollo de antídotos que permitan salvar vidas humanas y en lo general un conocimiento mayor sobre la adaptación de las especies al cambio climático.