La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- La historia de una de las primeras empacadoras de mariscos de 1989, ubicada en Ciudad Constitución o El Valle. José Menes, encargado de la planta en Ciudad Constitución, aseguró que se compraban de 10 a 15 toneladas diarias de camarón, en dos o tres días se cargaba un tráiler para su venta del producto.
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“El edificio ya estaba solamente lo acondicionamos: maquinas para congelar, oficinas y casa habitación. En aquel tiempo llegamos con la intención de vender camarón, había mucho camarón, fue por eso básicamente por el camarón y empezamos a comprar hasta 10 a 15 toneladas de camarón. Los cuartos tienen capacidad para 30 toneladas diarias, en dos días o tres días cargábamos un tráiler”.
VENTA Y EXPORTACIÓN
“Ese camarón todo se iba a la Ciudad de México a Estados Unidos, siendo un producto de exportación. Tuvimos oficinas en Texas, en San Diego, se terminó el camarón y empezó con otros productos de mar: cayo de almeja Catarina, jaiba, pulpo, calamar, pescado, langosta y abulón, solo que el pescado no era buen negocio por la distancia de aquí a la Ciudad de México, no llegaba muy fresco”.
Se dedicaban a congelar muchas toneladas de jaiba diariamente, además de langosta y abulón, todo el producto se mandaba almacenar a México. La langosta y el abulón eran de bahía Magdalena y Guerrero Negro.
CÓMO SURGIÓ LA IDEA
Gabriel Ochoa Bravo, y José Menes, sabían que había mucho camarón a principios de los años 80tas, en Ciudad Constitución y los alrededores, en ese tiempo José Menes vivía en Texas: “Viví 20 años en México, Chiapas, Campeche, Sonora, Texas, San Diego, en Ciudad Constitución, y en La Paz. Específicamente por la empresa tuve que vivir en Ciudad Constitución para hacerme cargo de la planta”.
“Yo vivía en San Diego, pero no encontrábamos quién dirigiera la planta en Constitución como queríamos. Trajimos a un amigo de Chiapas, pero no se acomodó, otro señor de Sonora, tampoco dio el ancho, otro de Veracruz, pero tampoco, y ya me dijeron no pues quédate tú”.
“En aquel entonces había mucha menos gente en Constitución. La planta siguió hasta el 2005 cuando murió el patriarca, Gabriel Ochoa Sánchez, se hizo una rebatinga de herencias, hasta hay quedo la planta”.
Fue entonces cuando inicio un pleito al haber trabajado 50 años para la familia Ochoa, al pedirles una indemnización al haber trabajado desde 1990 hasta el 2005, por 15 años.
“Dijeron no tu vente a México y sigues trabajando, les dije pues primero me liquidan de aquí y luego yo ya me voy a México. Pero dijo Molly, mi esposa, ya no me quiero regresar a México, entonces pues Molly y yo teníamos unos ahorros y seguimos con la planta, pero pues fue imposible le metimos como 500 mil pesos, pero los recibos de luz te llegan de $70 mil,$80 mil, o $90 mil pesos mensuales. Teníamos que trabajar 2 o 3 toneladas diarios de lo que fuera para absorber $2 pesos por kilo, para la planta y empleados”.
“El capitalito no nos alcanzaba para comprar y mandar a México o vender a otros lugares, me dediqué a maquilar que fue uno de los peores errores, porque maquilas 10 toneladas diario pero el error es que yo no me puse de acuerdo con los clientes: Te congelo en 24 horas y te llevas tu producto. Yo por la necesidad bueno te los guardo una semana, pero esa semana igual estas consumiendo luz, fue cayendo fue cayendo hasta que cerré: tuve que pagar a los doce empleados base, dar las maquinas, todo el mobiliario a seguro social que es lo mas fuerte, cuando quiebras te quitan todo, aire acondicionado, todo se llevaron”.