La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Actualmente en la gran mayoría de los supermercados tienen a un costado de su entrada principal, un número considerable de sillas eléctricas que son de uso exclusivo para personas con discapacidad, esto con la finalidad de que puedan desplazarse de forma cómoda en el interior del súper y de esta forma, desenvolverse de maner autónoma.
Tiendas como las sucursales de Chedraui en la ciudad, Wal-Mart Cola de Ballena, Soriana HiperCola de la Ballena y Punto La Paz, tienen mejores calificaciones a través de Google, principalmente esta última por cumplir con casi todas las recomendaciones propias de la accesibilidad universal las cuales facilitan la vida a personas con discapacidad y de la tercera edad, como rampas, sillas eléctricas y cajones azules.
GRAN AYUDA
En el estado hay 50 mil 373 personas con discapacidad, las cuales representan el 6% de las población total, para este pequeño sector, cosas tan cotidianas como trasladarse al supermercado y obtener de ahí una fruta o algún producto de la canasta básica, representa un trabajo titánico.
Al estar dentro del súper, pasear sin chocar por los pasillos que en ocasión son estrechos, o incluso empujar el carrito de la compra, son acciones sumamente complicadas o imposibles, debido a dificultades motrices, que pueden imposibilitar que el usuario se pueda levantar de la silla de ruedas o eléctrica.
BARRERAS INVISIBLES
A pesar de que existen estas acciones positivas, aún hay supermercados que siguen sin prever infraestructura apropiada para su clientela con alguna discapacidad, convirtiendo el supermercado en un conjunto de barreras invisibles para quienes no los padecen, como lo son los pasillos estrechos, escaleras, estantes demasiado altos, carteles ilegibles.
Debido a esto, una parte de esta población prefiere realizar sus compras a través de internet, sin embargo, esto lo hacen de manera obligada, porque no tienen otra elección, siendo un factor de exclusión, ya que lo ideal es que este sector pudiera realizar las mismas actividades en los mismos lugares y en iguales condiciones que las personas sin discapacidad, por lo que aún quedan muchas cosas por hacer para integrar a todas las personas con discapacidad en este proceso tan cotidiano que es comprar, y muchos otros tantas como viajar, ejercitarse, estudiar, trabajar, etc.