La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Aunque Oficialmente termina el 15 de abril,Prestadores de servicios turísticos que se dedican al avistamiento de ballena gris en Laguna Ojo de Liebre dieron por concluida la temporada 2120-2021, debido a que desde hace una semana las ballenas iniciaron su regreso al polo norte, con un saldo desfavorable en la actividad debido a que apenas recuperaron los gastos; a causa de la pandemia de Covid-19 hubo una caída de casi el 70 por ciento en la llegada de visitantes.
Tal y como se tenía previsto desde hace meses, no llegó turismo extranjero; prácticamente la totalidad de los visitantes en este año fueron familias locales o de otras entidades.
En temporadas anteriores, a este santuario ballenero llegaban hasta 5 mil personas, en esta ocasión la cifra no llegó a mil 500, según dio a conocer Abel Morán, prestador de servicios turísticos de esa región ubicada en la Reserva de la Biosfera de Vizcaíno en el municipio de Mulegé, reconocido como uno de los sitios más importantes en materia de congregación de ballena gris, con más de 2 mil organismos en algunos años.
Abel Morán señaló que para la región el impacto de este desplome será devastador porque de esta actividad depende el pago del Seguro Social de 90 familias del ejido Benito Juárez que opera este sitio, y como no hubo utilidades no hay dinero para pagar el servicio médico; tuvieron que conseguir un préstamo para cubrir a algunas familias y están pidiendo a la Secretaría de Medio Ambiente intervenga ante el IMSS para que les permita posponer los pagos.
Adelantó que el ejido buscará otras actividades económicas como campamentos o pesca deportiva en la laguna Ojo de Liebre durante los meses que no hay ballenas.
Por otra parte, dio a conocer que este año en total se registró la presencia de 1800 organismos, 300 más que el año anterior y casi el doble que el 2019; murieron 3 ballenas, contra las entre 5 y 6 de años anteriores.
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Finalmente Abel Morán destacó que además del temor a viajar por miedo a un contagio de Covid-19 que derivó en una caída en el número de visitantes, trabajar en medio de la emergencia sanitaria fue un reto muy, a fin de proteger la salud de turistas y trabajadores, desde la llegada al sitio, hasta el arribo a las lanchas, el trayecto y el desembarque; con tres filtros y la constante sanitización de los equipos.