No da talla la almeja catarina

En riesgo el arranque de la zafra; reciente monitoreo dio resultados desfavorables para la pesquería

Elías Medina | El Sudcaliforniano

  · viernes 29 de noviembre de 2019

Pesquería de almeja catarina, incierta; el producto no da el peso ideal | Cortesía Humberto Arias

La Paz, B.C.S. (OEM-Informex).- Un monitoreo a los bancos de almeja catarina en Bahía Magdalena, efectuado por tres federaciones pesqueras asentadas en San Carlos, dio como resultado que el callo no alcanza el peso ni la medida necesaria, de tal manera que está en riesgo el inicio de la zafra programada para principios de diciembre, y en la que se irían al agua 360 lanchas con permiso.

Según el dirigente pesquero, Humberto Arias, 4 recorridos con 40 caídas de buzos en 4 embarcaciones dieron como resultado que no hay condiciones para el inicio de esta pesquería, aunque la decisión la deberá tomar la autoridad en las mediciones que efectúe en los mataderos de almeja, una vez que inicie la captura.

Si en el primer día se encuentra que el producto no alcanza las condiciones óptimas para su explotación, la zafra será detenida, explicó Humberto Arias.

Detalló que en el muestreo que hicieron las cooperativas se encontró que se ocupan 79 callos para completar una libra, cuando lo ideal es que sean 40; esta baja de peso sería atribuible a que actualmente el bivalvo está en desove; no obstante que desde su punto de vista no hay condiciones para el arranque de la temporada, no descartó que esta inicie.

Por otra parte y en relación a la pesquería de almeja generosa programada para iniciar en la segunda semana de diciembre, señaló que depende del mercado y de cuestiones climáticas; estas últimas, evolucionando de manera favorable debido a que sigue subiendo la temperatura del agua en la bahía.

La catarina fue hasta el año 2011 una de las pesquerías más importantes de Baja California Sur; en esa temporada la zafra llegó a más de 6 mil toneladas, generando un gran impacto económico en el centro y norte del estado, con miles de fuentes de trabajo y una gran derrama económica.

Sin embargo, por causas atribuibles al clima o a la sobreexplotación, la especie estuvo a punto de desaparecer por lo que los pescadores decidieron imponerse una veda que concluyó en el año 2018.

No obstante, los resultados en dos años de explotación no han sido del todo favorables; casi una década fuera del mercado hizo que el producto saliera del gusto de los consumidores y fue sustituido por productos de otras latitudes; tanto que luego de 8 año de veda, el precio permanece caso igual, con 90 pesos o menos por kilo de producto.