La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- La pandemia del COVID-19 y sus repercusiones en el consumo seguramente van a requerir de un replanteamiento en los patrones de cultivo de los productores de Baja California Sur, derivado de las nuevas condiciones de mercado tanto local como nacional e incluso internacional, señaló el representante en la entidad de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) Armando Ramírez.
Aunque aceptó que aunque por ahora la situación es incierta, es factible que en el contexto de este emergencia además de la sustitución de cultivos los productores se vean en la necesidad de escalar a otros niveles de organización y planeación, en un problema con al menos dos aristas: de una parte una crisis que se avecina, y por la otra, nuevas áreas de oportunidad con un nuevo escenario de demanda de alimentos al que habrá que adaptarse.
Recordó que en Baja California Sur se siembran en promedio aproximadamente 40,000 hectáreas cada año, de las cuales 8000 son de maíz, 7000 de trigo, 5000 de garbanzo, 3000 de espárrago, 4000 de alfalfa, 3500 de naranja, 4000 de hortalizas, 1000 ha de mango y 3 mil de otros, entre perennes y anuales.
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Entre las ventajas de Baja California Sur destacan:que tiene agua suficiente a corto plazo,buena sanidad y subsidio a la energía eléctrica para los pozos agrícolas, a diferencia de otras entidades que dependen de las temporadas de lluvias para sacar sus cultivos, en estados como Jalisco y Zacatecas y buena parte del Bajío, en donde se siembran grandes extensiones de maíz, frijol y otros cultivos, expresó.
Citó que esta entidad cuenta con una población cercana a 1 millón de habitantes que demandan todo tipo de alimentos, comida que en su mayor parte viene del interior de la república.
Habría que ver el impacto cultivo por cultivo, aunque desde ahora no se descarta que algunos de exportación puedan resultar los más afectados, pero los que no se podrán dejar de producir son los de la canasta básica como maíz, trigo y frijol todos de muy buena calidad y con altos rendimientos, agregó.
Con todo y que la pandemia implicará restricciones en el consumo, señaló que en algunos casos los productores saldrán beneficiados, y puso como ejemplo la naranja producida en el Valle de Santo Domingo, cuyo consumo se ha elevado durante esta pandemia, debido a que la gente trata de consumir más frutas que contengan vitamina C.
Será cuestión de trabajar de manera coordinada con los agricultores para que en base a sus recursos y a sus tecnologías, se puedan adaptar a las nuevas condiciones; no será lo mismo para quienes siembran a cielo abierto que para los que lo hacen en casa sombra, malla sombra o invernaderos, concluyó.