La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Prestadores de servicios turísticos se alistan para la temporada de avistamiento de Ballena Gris, luego de dos años de pérdidas a causa de la pandemia derivado de las restricciones en los aforos y de la baja en el número de visitantes por temor a contagios de Covid-19, tanto entre turistas locales como entre nacionales e internacionales.
En Laguna Ojo de Liebre, en Santuario ballenero más importante del estado por sus dimensiones de más de 48 kilómetros de largo y 9 de ancho y por el más alto número de cetáceos que se congregan en el sitio para aparearse y dar a sus crías con hasta más de 2 mil 500 por año, los prestadores de servicios realizan reparaciones a sus instalaciones, dan mantenimiento preventivo a las embarcaciones y reparan los accesos y los estacionamientos.
AUMENTAN RESERVACIONES
A diferencia de los dos últimos años cuando en estas fechas las reservaciones eran limitadas y destacaban las cancelaciones a causa de la pandemia, para esta temporada se comienza a registrar una mayor demanda, una vez que gran parte de la población se encuentra vacunada, hay un número reducido de contagios y el Semáforo epidemiológico se ubica en Verde en los municipios de Mulegé, La Paz, Los Cabos y Comondú mientras que Loreto se encuentra en Amarillo, condicionesfavorable que también prevalecen a nivel nacional y en Estados Unidos, país de donde proviene la mayor parte de los extranjeros que viene a avistar ballenas.
Con todo y que las expectativas son buenas, subsiste entre los prestadores de servicios el temor a un crecimiento de la pandemia, debido a la rapidez con la que se está propagando el virus durante las últimas semanas, a una velocidad de 1.45 en Comondú, 1.20 en La Paz, 1.15 en Loreto, 1.05 en Los Cabos, y 0.80 en Mulegé, siendo este último el único que lleva tendencia a la baja.
LLEGAN TURISTAS
Abel Morán, prestador de Servicios del Ejido Benito Juárez que opera el principal sitio de avistamiento en Ojo de Liebre, informó que aun y cuando oficialmente la temporada inicia el 15 de diciembre, desde hace varios años se arranca a principios de enero debido a que por esas fechas hay una mayor presencia de organismos; con todo y eso, dio a conocer que aunque aún no hay ballenas, desde hace algunos días están llegando turistas al sitio para acampar en las cabañas, sobre todo de extranjeros que viajan en casas rodantes, algo que se ha interpretado como un buen indicio de que para esta temporada habrá mayor interés de los norteamericanos para visitar el Santuario.
La ballena gris proviene del Polo Norte, llega a costas sudcalifornianas a finales de noviembre y permanece hasta mediados de abril, para aparearse y dar a luz
2020-2022, LA PEOR TEMPORADA
Recordó que en la temporada 2020-2021, las restricciones sanitarias de la pandemia solo permitían un aforo del 50% en las lanchas,es decir solo 4 personas por embarcación, cuando el punto de equilibrio para recuperar los gastos es de 6; además, la llegada de turistas se desplomó en más de un 60%, de los aproximadamente 4 mil visitantes que llegaban en años anteriores a Ojo de Liebre, siendo esta la peor temporada de todos los tiempos.
Lo mismo sucedió en el resto de los santuarios balleneros de Laguna San Ignacio y Bahía Magdalena.
Según datos de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas, son casi 450 los permisos para avistamiento de ballenas que hay para los litorales de Baja California Sur; poco más de 60 para Ballena Gris en las Lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio y Bahía Magdalena, 300 en Los Cabos y 80 en Loreto.
LLEGAN 5 ESPECIES
Aunque la Ballena Gris representa la población más importante y se estima que el 75% de los aproximadamente 27 organismos de esta especie llegan a las costas de la península, tanto al Golfo de California como en el Pacífico arriban otras como la Ballena Azul, la Ballena de Aleta, Cachalotes y Ballena Jorobada, colocando a la región como uno de los sitios más importantes del mundo en congregación de cetáceos.
Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano
La Ballena Gris proviene del Polo Norte, llega a costas sudcalifornianasa finales de noviembre y permanece hasta mediados de abril, en donde pasa prácticamente sin comer, apareándose y dando a luz sus crías; en el censo del 2019-2020, se registraron 2 mil 500 organismos adultos y poco más de mil recién nacidos, una cifra que ha venido a la baja durante los últimos años, con un promedio de 1500 adultos y 700 nacimientos menos por temporada, en los santuarios balleneros de las Lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio y en Bahía Magdalena.
Los investigadores han catalogado a las ballenas como especies “paragua” o “sombrilla”, porque siendo altamente migratorias se alejan de mares contaminados o con mucha explotación pesquera, algunas navegando desde Asia hasta estas latitudes; en el caso de la Ballena Azul, su presencia está relacionada con las grandes concentraciones de krill frente a las costas de Loreto y en el Golfo de Ulloa, y vienen desde Centroamérica y otras de los mares de Alaska yHawai.
Del avistamiento de ballenas dependen de manera directa e indirecta miles de familias, e impacta también en las ocupaciones hoteleras de La Paz y Los Cabos durante los meses de diciembre, enero y febrero.