La Paz, B.C.S. (OEM-Informex).- Las lluvias de la temporada ciclónica del año 2019 resultaron ampliamente benéficas por la recarga de los acuíferos y las presas, especialmente la San Lázaro en Los Cabos que se encuentra al 100 por ciento de su capacidad con 10 millones de metros cúbicos que se potabilizan, y que si se equiparan con el agua de una desaladora, tendrían un valor de 10 millones de dólares, ya que el costo de estas plantas se calcula en 1 dólar cada mil litros.
El Director local de la CONAGUA Israel Camacho Gastélum informó que la disponibilidad del vital líquido en la San Lázaro equivale al 13 por ciento de lo que demandan los 248 mil habitantes de Los Cabos y aunque la aportación aun es limitada, ahora se usa para consumo humano y ya no se entrega bronca para regar pastos de golf, como sucedía en años anteriores.
Tres presas para CSL
Recordó que esta presa es la única que está conectada al sistema del Organismo Operador de Agua; las otras fueron diseñadas para la recarga de los mantos freáticos; anunció que está en anteproyecto la construcción de una obra más den Cabo San Lucas, con dos represas y una presa sobre el arroyo que desemboca en esta ciudad, que además de aportar liquido para el consumo humano, permitirá disipar la energía de las aguas broncas que bajan cada temporada ciclónica de la Sierra La Laguna
Es decir, aportará agua pero también mejorará las condiciones de seguridad de Cabo San Lucas evitando las inundaciones y los golpes de agua que en años anteriores han causado efectos catastróficos.
Mucha lluvia, pero poca almacenada
No obstante y que el año 2019 fue particularmente lluvioso con precipitaciones por encima de la media anual, los efectos en las presas de La Paz y Comondú no resultaron como se esperaba, debido a que no fueron torrenciales como para provocar las corridas de arroyos y en su mayor parte el agua se infiltró el subsuelo.
La presa El Higuajil está seca; la Santa Inés al 1.82 por ciento de su capacidad; La Higuerilla al 11.20%; La Palma al 24.62%, y la Buena Mujer al 35 por ciento, esta última con un volumen de 2.8 millones de metros cúbicos.
Camacho Gastelum recordó que cada año, en el mes de abril, todas las presas –salvo la San Lázaro de Los Cabos- se vacían para estar en condiciones de recibir los volúmenes de agua de la temporada ciclónica, quedando solo con algunos volúmenes mínimos que garantizan la estabilización y la conservación de la obra civil.
El 2019 fue muy llovedor, pero –salvo Los Cabos- en el resto del estado no hubo tormentas torrenciales como en años anteriores, de tal modo que el agua se filtró directamente al subsuelo y muy poca llegó a las presas concluyó.